Bevacizumab intravítreo como tratamiento de maculopatías miópicas neovasculares
Palabras clave:
MIOPÍA PATOLÓGIOCA; VEGF; BEVACIZUMAB; NVCResumen
Introducción. La miopía patológica es una causa importante de pérdida de visión irreversible y es la cuarta a novena causa más frecuente de ceguera en el mundo. Es también conocida como miopía alta, degenerativa o maligna; condición en la que los individuos tienen una longitud axial superior a 25,5 - 26,5mm, y/o un error de refracción de por lo menos -5.0 dioptrías, acompañado por cambios patológicos. La neovascularización coroidea (NVC) asociada a miopía patológica puede resultar en la pérdida significativa de la visión y/o la ceguera. La NVC suele ser subfoveal y es una importante complicación, desarrollándose en aproximadamente 5-10% de ojos con miopía patológica. De manera similar que en otras enfermedades maculares asociadas a NVC, se ha encontrado un aumento del nivel del factor de crecimiento de endotelial (VEGF) en NVC miópicas, y por lo tanto, la terapia anti-VEGF sería útil. Desde la introducción en oftalmología de agentes anti factor de crecimiento de endotelial (anti-VEGF), el tratamiento anti-angiogénico con antiVEGF intravítreo se ha convertido en el tratamiento de primera línea para la NVC miópica. El bevacizumab es un anticuerpo monoclonal humano, anti factor de crecimiento endotelial (anti-VEGF), que inhibe la proliferación de nuevas células endoteliales produciendo un bloqueo de la fosforilación de las uniones estrechas (tight junctions) de las mismas. Este mecanismo produciría una mejoría anatómica-funcional en los pacientes e impediría una de las complicaciones más importantes de esta patología como lo es la neovascularización. Objetivo. Evaluar la eficacia de bevacizumab intravítreo (Avastin ®™) como tratamiento de la neovascularización coroidea (NVC) en miopías patológicas. Pacientes y métodos. Se evaluaron retrospectivamente 22 pacientes con diagnóstico de maculopatía miópica neovascular tratados mediante inyección intravítrea de bevacizumab, con un seguimiento mínimo de 12 meses. La agudeza visual se evaluó mediante tabla de Snellen y se convirtió en unidades LogMAR. El espesor macular se evaluó mediante tomografía de coherencia óptica (OCT). Las variables cuantitativas se analizaron mediante medidas de tendencia central, dispersión y forma. Los cambios en la agudeza visual se calcularon utilizando la prueba de Wilcoxon para variables apareadas y con la prueba de Mann Whitneypara comparar variables independientes. Las diferencias entre variables continuas con distribución normal y de muestras independientes fueron calculadas mediante la prueba T de Student. Resultado. Se estudiaron 22 pacientes con diagnóstico de maculopatía miópica neovascular, cuya edad promedio fue de 59,68 (DE 11,75; rango 34,00 – 85,00), de los cuales 7 (31,8%) fueron hombres y 15 (68,2%) fueron mujeres. El tiempo de seguimiento fue de 12 meses. El tiempo promedio transcurrido entre el comienzo de los síntomas y el inicio del tratamiento fue 38,68 (DE 34,63) días. El 68,2% (15) de los pacientes consultaron por disminución brusca de la agudeza visual del ojo afectado y 31,8% (7) consultaron por metamorfopsias. Todos los pacientes presentaron miopía patológica (> 5.0 dioptrías). La cantidad total de inyecciones durante el seguimiento tuvo una media de 4,27 (DE 1.86; Rango 2,00 – 9,00), con un máximo de 9 inyecciones y un mínimo de 2 inyecciones. Durante los primeros 6 meses se realizaron la mayor parte de las inyecciones con una media de 3,36 (DE 1,22; Rango 1,00 – 6,00). La mediana de la AV al momento del tratamiento fue de 1,00 (P25-75=0,40- 1,00). Al analizar la totalidad de los pacientes se encontró que existe una diferencia significativa al comparar las agudezas visuales previas al tratamiento y a los 12 meses de tratamiento (p=<0.0001)..La mejoría franca de la AV se observó entre el primer mes (mediana= 1.00 RIQ= 0,6) y los 3 meses de tratamiento (mediana= 0,60 RIQ= 0,6) (p= 0,0002), mientras que no hubo diferencias significativas en la variación de la AV más allá de los 3 meses de seguimiento (p= 0,09). Al estudiar los espesores maculares antes del tratamiento, encontramos una mediana de 290 (RIQ=105); mientras que a los 12 meses de seguimiento fue de 269,50 (RIQ= 91). Teniendo en cuenta el total de los pacientes estudiados, no hubo diferencias significativas en el análisis del espesor macular medido por OCT antes y después del tratamiento (p=0,8812). Conclusiones. El bevacizumab fue eficaz en el tratamiento de la maculopatía miópica, si bien no se encontraron diferencias significativas en la variación del espesor macular. En nuestra serie no hubo complicaciones oculares ni sistémicas vinculadas al tratamiento.