La práctica médica y la investigación surgen disociadas, por caminos paralelos. En general, el
habitus médico ha estado signado por el curar, en la mayoría de nuestros países. Ciencia y arte del curar.
En el ámbito pediátrico y neonatal, donde nos encontramos desde hace varias décadas, la
prioridad ha sido la tarea asistencial secundada por la actividad docente, sin incluir la investigación,
salvo como necesidad (obtener especialidad).
Teoría, poiesis y praxis son los tres pasos que pudiésemos esgrimir como necesarios para
elaborar y concretar una investigación.
Teoría, definida de diversas maneras, hace referencia a la capacidad de observar, de contemplar.
Los primeros pasos del médico, más allá de la especialidad, deberían dirigirse hacia el desarrollo de una
observación aguda y crítica. Es lo que en semiología se denomina inspección.
El médico que aprender a ver, a observar cada detalle que le presenta un paciente ha dado el
primer paso, pues su observación aunada al conocimiento le permite generar una duda, una reflexión
que lo habilita al segundo.
El segundo paso, se podría definir como poiesis. Poiesis como actividad creadora. La actividad
creadora surge ante la duda y de la duda las ideas. Si la formación académica de grado y posgrado se
realiza con verdades absolutas, guías y evidencias consumadas, el margen creativo se reduce a su mínima
expresión. Este segundo paso, sólo se puede alcanzar en contextos adecuados, en ámbitos apropiados
para poder pensar, compartir el pensamiento.
Platón fue uno de los primeros en darse cuenta de la importancia de esos espacios íntimos
1
. Y
creó la Academia, un lugar reservado para algunos. Parafraseando diríamos que sólo pueden acceder a
una institución médica los que cumplan con el siguiente requisito: “Manténgase alejado quien no sea un
médico con incertidumbres”.
El tercer paso, la praxis. Praxis como acción, como ejercicio. Quien no practica no aprende.
Elaborar un protocolo de investigación requiere de observación previa, duda, lectura y escritura. El
ejercicio de la escritura se consigue haciendo, rehaciendo y volviendo a hacer. Tiempo y paciencia.
Creo que resulta claro los porqués de las dificultades que tenemos para investigar y publicar.