computada de abdomen con contraste
endovenoso con la cual informó un aspecto
tumefacto de las paredes del recto, que se
muestra espasmódico; tumefacción de la grasa
peri-rectal, que muestra aisladas formaciones
ganglionares, y formaciones ganglionares ovales
localizadas en grasa mesentérica de flanco
derecho, pericecales. Se realizaron medidas de
hidratación endovenosa profusa y manejo del
dolor con buena respuesta clínica y se procedió
con la internación en sala común para iniciar
terapia empírica con antibióticos endovenosos
(ciprofloxacina y metronidazol). Posteriormente,
los hemocultivos resultaron negativos. Las
serologías virales para Dengue, VIH, Hepatitis C
y Hepatitis B, Citomegalovirus (CMV) y Virus
de Epstein Barr, resultaron negativas. El
despistaje de toxina para Clostridium Difficile en
materia fecal y un panel gastrointestinal
FilmArray resultaron negativos. El coprocultivo
fue negativo. Los anticuerpos IgA total, IgA
antitransglutaminasa e IgG anti-gliadina-
deaminada evidenciaron valores normales.
El paciente evoluciona con registros subfebriles,
progresión de la intensidad del dolor abdominal
y aumento de deposiciones diarreicas, por lo que
se decide realizar una videoendoscopia digestiva
alta y colonoscopia. En la primera se objetivan
hallazgos compatibles con esofagitis erosiva
grado B de la escala de Los Angeles, gastropatía
congestiva y erosiva y bulbo adenitis
inespecífica. En la segunda, se observó sobre
fondo cecal mucosa lesiones aftoides, ausencia
de vasos y algunos parches erosivos; sobre colon
ascendente y transverso, se constataron lesiones
de petequiado y parches erosivos, asi como
también lesiones aftosas con restos de fibrina y
sufusiones hemorrágicas desde los 50 cm hasta
margen anal, concluyendo con el diagnostico de
pancolitis inespecifica. El estudio
microbiológico y de micología profunda del
material de biopsia resultó negativo. El estudio
de amplificación y detección de ADN de CMV
por biología molecular resultó negativo.
Posteriormente, el estudio histológico de la
muestra fue compatible con colitis crónica
activa, erosiva, severa, con formación de
microabscesos aislados, relacionados en
primera instancia, dado los antecedentes del
paciente, sus manifestaciones clínicas y
analíticas, con un trastorno inflamatorio de
etiología medicamentosa. Habiéndose
descartado las etiologías infecciosas, se suspende
la antibioticoterapia empírica para
posteriormente iniciar corticoterapia endovenosa
con dexametasona a dosis de 8 mg (miligramos)
cada 12 horas por la alta sospecha diagnóstica de
colitis inmunomediada. El paciente evoluciona
de manera favorable, afebril, con una marcada
disminución del número de deposiciones (4-5
deposiciones diarias) y del dolor abdominal. La
suspensión temporal del tratamiento biológico y
la continuación de la corticoterapia a altas dosis
llevaron a una recuperación clínica completa,
destacando que la elección de la terapia
corticoidea de tercera línea resultó eficaz. El
quinto día de internación, el paciente fue dado de
alta con tratamiento sintomático y corticoterapia
oral con prednisona a dosis de 100 mg dia, con
un descenso gradual de la dosis, asociado
a budesonida de acción local intestinal. El
paciente continuó con el tratamiento bajo un
esquema de descenso gradual de corticoides,
reanudando exclusivamente el uso de nivolumab
en combinación con prednisona a una dosis de 10
mg diarios. Durante este periodo, no presentó
recurrencia de la colitis inmunomediada. Sin
embargo, desarrolló un cuadro clínico
consistente con artritis oligoarticular, lo que
indica una posible manifestación de toxicidad
inmunomediada en otro sistema.
Discusión
Las reacciones adversas asociadas con la terapia
combinada de nivolumab (anti-PD-1) e
ipilimumab (anti-CTLA-4) se deben a la
activación del sistema inmunitario y pueden
afectar múltiples órganos, siendo el tubo
digestivo el más frecuentemente afectado 1,3,5.
La toxicidad inmunomediada leve (grados 1-2)
es relativamente frecuente, ocurriendo en un
16% a 25% de los pacientes. En contraste, las
formas más graves (grados 3-5) son mucho más
raras, con una prevalencia menor al 5%8-10. Sin
embargo, la incidencia de eventos adversos
graves aumenta cuando se combinan los
inhibidores de PD-1/PD-L1 con CTLA-4
10,11
.
En el caso clínico presentado, el paciente
desarrolló colitis inmunomediada clínicamente
grave (grado 3) tras tres ciclos de inmunoterapia
con ipilimumab y nivolumab. Una historia
clínica detallada y un despistaje completo y
oportuno para descartar otras causas de diarrea
(infecciosas, enfermedad celíaca, enfermedades
endocrinológicas) son esenciales en el
diagnóstico de colitis inmunomediada 8,9. En
cuanto a su extensión, la afectación más
frecuente suele encontrarse en el colon
descendente, aunque puede verse afectado todo
el colon, tal como fue el caso de nuestro paciente
10,11. Los hallazgos de la colonoscopia varían
en gravedad desde normales (37%) hasta