Introducción
La mastitis es la inflamación de la glándula
mamaria, la cual es causada en la mayoría de los
casos como respuesta a la presencia de una
infección intramamaria (IIM). Es la enfermedad
del ganado lechero que causa las mayores
pérdidas económica tanto al productor como a la
industria procesadora (Halasa et al., 2007). La
mastitis es el resultado de la interacción entre
varios factores de manejo y el medio, que
determinan que aumente la exposición a los
microorganismos causales, disminuya la
resistencia natural de la vaca hacia la enfermedad
y/o se favorezca el paso de los microorganismos
a través del canal del pezón para acceder al
epitelio secretor de la glándula mamaria (Schalm
et al., 1971).
A continuación, se describen aspectos de la
producción primaria de leche en Argentina,
incluyendo los sistemas de producción
predominantes y los cambios en los parámetros
productivos, que son necesarios para brindar un
marco de referencia para una mejor comprensión
de la evolución del control de la enfermedad. Se
describen las series anuales de los recuentos de
células somáticas (RCS) en leche de tanque de
frío informados por las principales industrias
lácteas y se mencionan los estudios sobre la
prevalencia y distribución de los agentes
patógenos de mastitis en las últimas dos décadas,
señalando los potenciales factores que han
condicionado el progreso en el control de la
enfermedad en las últimas dos décadas.
Asimismo, se discutirán los aspectos en los
cuales deberían reforzarse las medidas
disponibles para superar las limitantes y lograr
un mayor control de la enfermedad en los
establecimientos lecheros.
Características de la producción
primaria
La producción lechera en la Argentina tiene lugar
principalmente en la región pampeana,
abarcando las provincias de Buenos Aires,
Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa,
donde se encuentran las principales cuencas
lecheras y la mayoría de los tambos e industrias
del sector; existiendo cuencas menores en otras
provincias como Tucumán, Salta, Chaco y
Misiones (SENASA, 2021). En las provincias de
Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos se
concentra el 92% de los tambos del país
(SENASA, 2021). En 2023, Córdoba, Santa Fe y
Buenos Aires produjeron el 35,6, el 32,2% y el
24,6% de la leche producida en el país,
respectivamente (OCLA, 2024).
Los sistemas de producción en Argentina se
caracterizan por tener una alta heterogeneidad,
variando desde los pastoriles clásicos, más
comunes con anterioridad a la década de 2000,
hasta los intensivos adoptados más
recientemente. Estos sistemas cuentan con
distintos tipos de instalaciones, entre las cuales
se incluyen, aparte de lotes con pasturas, corrales
a cielo abierto (dry lot), free-stalls, galpones de
compost y galpones de cama fría (Gastaldi et al.,
2015; Meyer Paz et al., 2017). Respecto de la
incorporación de tecnología robótica, esta
comenzó en 2015 y al año 2023 existen 371
tambos robots, de los cuales el 56,6% están en la
provincia de Buenos Aires, el 24,5% en la
provincia de Córdoba y el 14,8% en la provincia
de Santa Fe (OCLA, 2024), dentro de los
distintos sistemas de producción antes
mencionados.
Respecto de la evolución del rodeo lechero
nacional en las últimas dos décadas, el número
de vacas era de 1.885.000 en 2005; mientras que
en la actualidad es de 1.486.248; registrándose
una tasa anual de variación de -1,2% en el
período (OCLA, 2024). El análisis de la
tendencia de la producción de leche en Argentina
desde el 2000 al 2012 identifica la existencia de
cuatro períodos: uno de disminución respecto de
la década anterior, desde 2000 a 2003, uno de
crecimiento entre los años 2004-2006, uno de
estabilización entre los años 2006-2008 y
nuevamente de crecimiento entre 2008 y 2012
(Taverna & Fariña, 2013). La tasa de crecimiento
promedio anual en el período de 2000 a 2012 fue
de 1,21%, la cual fue inferior a la década de
1990-2000 (5,8%), lo cual se explica por un año
de fuerte caída productiva (2006-2007) causado
por las inundaciones que afectaron a las
principales cuencas lecheras (Taverna & Fariña,
2013). En el año 2015, se llegó a un pico de
producción de 12.061 millones de litros;
mientras que, en 2021, 2022 y 2023, la
producción anual fue de 11.553 y 11.557 y
11.325,6 millones de litros, respectivamente
(OCLA, 2024).
A los efectos de ilustrar acerca de la distribución
de los tambos de acuerdo con el tamaño
productivo durante los últimos 20 años, se
consideran dos años dentro de este período. En
2010, La mayor frecuencia relativa de tambos
(17%) se ubicó dentro del rango de 500-1000
litros/día, aportando el 6% de la producción
nacional. El volumen de producción diario que
presentó la mayor frecuencia relativa fue el de
2.500-3000 litros/día (11%), que incluyó al 10%
de los tambos del país. Los tambos con una
producción menor a 3500 litros/día (77% de los