Asimismo, entre las amebas, Entamoeba coli es
el parásito comensal más hallado; como lo
describen otros estudios nacionales
22,25
.
Himenolepis nana fue el único cestodo
encontrado. Este parásito no requiere de un
hospedador intermediario. Tal característica,
sumada a la inmediata infectividad que presentan
los huevos, convierte al mismo en potencial
productor de enfermedad masiva.
Este agente se encuentra descripto en diferentes
estudios realizados en suelos y seres humanos en
nuestro país
25
.
Los parásitos hallados no presentaron un
comportamiento estacional. Sin embargo, se
encontraron 6 casos de parasitosis intestinales
durante el mes de noviembre de 2021, un caso en
el mes de abril de 2022 y 2 casos en el mes de
octubre de 2022 aunque se reporte que las
condiciones ambientales (temperatura, humedad,
vientos, suelo) son determinantes en la viabilidad
y maduración de los huevos de helmintos
patógenos, mientras que los quistes y ooquistes
de protozoarios son relativamente más
resistentes a condiciones adversas
25
.
Teniendo en cuenta los casos positivos en este
trabajo se pudo afirmar que 61,29% (19; n=31)
correspondieron a aislamientos bacterianos de
los géneros Salmonella y Shigella, 9,67% (3;
n=31) correspondieron a diagnóstico de virus
(Rotavirus) y 22,58% (7; n=31) a diagnóstico de
parásitos intestinales.
Dos de las muestras clínicas positivas
presentaron coinfección (6,45%). Se trató de dos
casos de giardiosis que se presentaron como
coinfección con Shigella flexneri y Rotavirus,
respectivamente. El porcentaje de hallazgos de
nuestro trabajo coincide con los trabajos
reportados en diferentes regiones del mundo y de
nuestro territorio, fortaleciendo la información
de la literatura en general
2
.
Respecto a los grupos etarios involucrados
25,80% de las bacterias se presentaron en niños
y niñas de 3 y 4 años de edad; 9,67% de las
parasitosis lo hicieron en niños y niñas de 6 y 7
años de edad y se hallaron 6,45% de Rotavirus en
niños y niñas de 1 y 2 años de edad. No hubo
diferencias significativas en la distribución por
sexo.
Los datos obtenidos en este trabajo respecto a la
distribución etaria de enteropatógenos es
coincidente con los hallazgos en la literatura en
que la mayoría de las GEA se presentan en niños
menores de 5 años de edad
3-7,12-19
.
A pesar de estos resultados, este trabajo debe ser
interpretado considerando ciertas limitaciones.
Es importante destacar que no se buscaron todos
los enteropatógenos bacterianos, ni virales
productores de GEA en la población estudiada.
En nuestra serie y debido a la carencia de
insumos y falta de personal, no se completó la
búsqueda de otros agentes bacterianos que, en
otras series mundiales, latinoamericanas,
argentinas y provinciales se realizan
3,5-7,9,10,17-
20,23
. Sin embargo, esas series refieren a los
géneros bacterianos Shigella y Salmonella, y a
Rotavirus como los hallazgos más frecuentes.
En este sentido, es relevante acrecentar a estos
estudios los métodos de diagnósticos
convencionales y/o moleculares que permitan
incluir la búsqueda de otros agentes para
completar el cuadro y seleccionar el tratamiento
adecuado
16, 26-29
.
Asimismo, la información recolectada no
incluyó el registro de las características
socioeconómicas de la población en estudio
como condiciones habitacionales (disponibilidad
de agua potable, disponibilidad de excretas,
disponibilidad de heladera, consumo de
alimentos), la distribución de áreas geográficas
de la población en estudio, la verificación de
vacunación en los pacientes.
De los agentes etiológicos, que esta serie pudo
estudiar, fueron Salmonella spp. y Shigella spp.,
las etiologías más frecuentes mientras que el
resto de los patógenos estudiados (Rotavirus y
parásitos) fueron hallados en menor proporción.
Conclusión
Es innegable que las gastroenteritis agudas
constituyen hoy; a pesar de las medidas
preventivas -existencia de vacunas y medidas
sanitarias implementadas-; un grave y persistente
problema de Salud Pública; con especial
prevalencia en los extremos de la vida.
Si bien, la mayoría son autolimitadas; los
estudios microbiológico y parasitológico de las
heces de pacientes niños y jóvenes que consultan
con GEA deberían ser un aspecto a considerar en
este grupo poblacional de riesgo, sobre todo en
países en vías de desarrollo, donde las
condiciones socioeconómicas y
medioambientales favorecen este cuadro y con
un objetivo epidemiológico relevante; como
ocurre en nuestro país.
La vigilancia de las diarreas basada en los
diagnósticos microbiológico y parasitológico
constituye una fuente de información relevante
que complementa la vigilancia clínica y
epidemiológica y ayuda a crear un mapeo de la
circulación de los diferentes agentes etiológico
productores de esta entidad clínica frecuente en
nuestra región; como así también lo haría en otras
áreas de nuestro territorio.
Si bien, no se ha podido, en nuestra serie,
investigar todos los agentes etiológicos