También desde la óptica de la cobertura encontramos el sector público, obras sociales
nacionales y provinciales, empresas de medicina pre paga y seguros de salud. Todos ellos no están
integrados ni coordinados y además cuentan con distintos niveles de financiamiento (gran asimetría en
el nivel de ingreso per cápita) para brindar (supuestamente) la misma cobertura.
Como dato para ejemplificar el impacto de la falta de integración es un indicador socio
demográfico como la tasa de mortalidad infantil (Organización Panamericana de Salud/Ministerio de
Salud Argentina) en Argentina es de 8.4 por cada mil nacimientos, pero si comparamos los extremos
encontramos que CABA (el distrito con mayor nivel de riqueza) tiene una tasa del 4.9 y Formosa (uno
de los distritos con menores recursos) una tasa de 16.4.
Planificación del Capital Humano:
Desde la perspectiva del capital humano, Argentina no tiene una organización en relación a la
formación de profesionales de la salud de acuerdo a las necesidades de la población y mucho menos
tiene un plan de desarrollo por áreas geográficas de necesidad. Esto genera una distribución altamente
ineficiente de los recursos y grandes distorsiones en materia de acceso de la población. En la actualidad
argentina presenta un déficit para cubrir cargos de formación en especialidades básicas y críticas. Por
otro lado, enfrenta la emigración de profesionales de la salud. Principalmente impulsados por factores
económicos y de calidad de vida.
Como ejemplo el distrito CABA presenta una relación de 16 médicos cada mil habitantes
mientras que Formosa cuenta con 2 médicos por cada mil habitantes (Elaboración propia en función de
datos de (Portal de Datos Abiertos Ministerio de Salud Argentina, 2016) (Organización Panamericana
de la Salud/ Ministerio de Salud, 2016))
Con una visión desde lo estrictamente económico, la ineficiencia del estado en la gestión de
mecanismos claves en la asignación y distribución de recursos, la fragmentación de los distintos niveles
de gobierno y la corrupción existente no contribuyen a un sistema que nos contenga a todos y de manera
igualitaria. No por esto debemos decir que el sector privado no tiene responsabilidades. Los intereses
económicos de grandes grupos concentrados como son los laboratorios farmacéuticos y otros actores
también contribuyen a esta problemática. La asistencia en salud vinculada a criterios estrictos de
rentabilidad y las innumerables cadenas de transferencia de recursos entre los distintos actores también
condicionan al sistema para alcanzar su objetivo.
Como propuesta a futuro, entiendo que el rol del Estado como órgano rector es imprescindible
para regular y garantizar el acceso y la calidad de salud con un concepto que no debe seguir los
lineamientos de la rentabilidad del sector privado sino los de costo-efectividad y necesidades de la
población. No obstante, debe ser de manera integrada con el sector privado que puede aportar, entre
otras cosas, la eficiencia en la gestión de los recursos.
No tenemos tiempo para hacer cambios graduales. Se necesita implementar un nuevo sistema
o resignarnos a su destrucción. Cuando me refiero a destrucción es metafórico, haciendo una analogía