Abstract
Growth hormone (GH) deficiency is an endocrinopathy of low prevalence and even less frequent, in the
adult dog (acquired). The case of a 7-year-old neutered female Golden retriever breed is reported. The
reason for consultation is severe hair loss. The remaining hair was dry and discolored. Also, this bitch
presented atrophy of the temporal muscles and the owner reported a state of apathy.
At the time of the consultation, she was being treated with levothyroxine 600 µg every 12h for a period of
6 months without results and despite the fact that the concentrations of TSH and total T4 were within the
reference range. The thyroid axis hormones were reassessed and the adrenal axis hormones (ACTH,
cortisol, and cortisol: creatinine ratio in urine) were also requested; all within the reference range. Likewise,
an ultrasound of the thyroid gland and the adrenal glands was requested, their morphologies and sizes being
normal. Before these results, it was decided to evaluate the somatotrophic axis by measuring IGF-1,
stimulation with xylazine and computed tomography of the sellar region (hypophysis). IGF-1 concentration
was <15 ng/mL (200-400 ng/mL) and there was no response to xylazine stimulation, which is indicative of
GH deficiency. The tomography revealed the presence of an adenoma measuring 5.25 x 4.86 mm (P/B=1.1).
Treatment with growth hormone was indicated and at 2 months hair growth, improvement in cognitive
attitude, and an increase in IGF-1 concentrations to 95.4 ng/mL were already noticeable.
CONCLUSION: This case exemplifies the importance of a comprehensive diagnostic approach,
considering less common diagnoses, and the necessity of specialized veterinary care to effectively address
complex health issues in animals. The success of the growth hormone deficiency treatment in this case
underscores the significance of accurately identifying the underlying cause of the symptoms, leading to a
significant improvement in the quality of life of the canine patient.
Keywords: growth hormone; growth hormone deficiency; IGF-1; somatotropic axis; pituitary
insufficiency.
Caso
El déficit de hormona de crecimiento (GHD) es
una endocrinopatía de baja prevalencia,
representando el 1% de casos atendidos en el
Hospital de Veterinaria de la Fac de Ciencias
Veterinarias-UBA. Si bien es esperable que
dicha deficiencia se manifieste durante la etapa
de crecimiento, provocando retraso en el
desarrollo proporcionado; es decir, a diferencia
de la falta de desarrollo por deficiencia de otras
hormonas (hormonas tiroideas), en este caso no
se alteran las proporciones corporales. Al llegar
a la edad adulta, la deficiencia de GH se
manifiesta, entre otros signos, en alteraciones
dermatológicas
1
. Si bien esta deficiencia en el
adulto es continuidad de la etapa de cachorro, el
GHD puede adquirirse en la adultez por causas
diversas siendo la principal etiología reportada la
hipofisectomía
2
, pudiendo también deberse a la
hipofisitis linfocítica
3
. Las alteraciones
dermatológicas que se describen en el GHD se
deben a que tanto la hormona de crecimiento
(GH) como su mediador, el factor insulino símil-
1 (IGF-1) actúan en el folículo piloso
favoreciendo el crecimiento del pelo, y en la piel
regulando su actividad y crecimiento celular de
la dermis y epidermis. Por otra parte, la GH es
necesaria para el correcto funcionamiento del
linfocito T, por lo que su deficiencia cursa con
falla inmunitaria inmunomediada, siendo
individuos inmunocomprometidos
4
. A nivel de la
piel este este problema se expresa con dermatitis
infecciosa reiterada. Otros eventos observados
han sido el envejecimiento precoz y cierto grado
de letargo o disfunción cognitiva
5,6
.
El presente caso se trata de una Golden retriever
de 7 años, castrada al año de edad, y de 27 Kg. El
propietario refiere que el cuadro había
comenzado dos años atrás del momento de la
consulta, con pérdida progresiva del pelo, hasta
llegar a una grave pérdida de pelo (caída de
mechones completos de pelo). Se le practicaron
estudios dermatológicos: raspaje de piel y
cultivo micológico, ambos arrojaron resultados
negativos. Aportaba un estudio de hormonas
tiroideas, donde la T4 total y la TSH se hallaban
en su rango de referencia (1,7 µg/dL y 0,07
ng/mL respectivamente), y ningún otro estudio
de laboratorio. A pesar de estos resultados, le
habían indicado la suplementación con 600
µg/totales diarios de levotiroxina, que no
resolvió el motivo original de la consulta, luego
de 6 meses de tratamiento. La paciente
continuaba con un empeoramiento del cuadro
clínico: mala calidad del pelo e incremento de su
caída.
Al examen clínico (Figura 1), el pelo carece de
brillo, seco al tacto, habiendo áreas de alopecía
en las 4 extremidades, cadera, cola (aspecto de