Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Universidad Católica de Córdoba.
Jacinto Ríos 571 Bº Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351 4517299 / Correo:
methodo@ucc.edu.ar / Web: methodo.ucc.edu.ar | CASO CLINICO Rev. Methodo 2021;6(4):190-193.
CASO CLINICO Rev. Methodo 2021;6(4):190-193
https://doi.org/10.22529/me.2021.6(4)07
Recibido 14 Jul. 2021 | Aceptado 30 Ago. 2021|Publicado 05 Oct. 2021
Roséola, alopecia y amigdalitis como manifestación de
secundarismo sifilítico
Roseola, alopecia and tonsilitis as a manifestation of syphilitic
secondarism
Sofía Carla Juárez
1
, Ana Laura Gallmann
1
, Julieta Roxana Brusa
1
, María Noelia Andrade
1
, María
Jimena Nocito
1
, Mariana Beatriz del Valle Papa
1
1. Universidad Católica de Córdoba, Facultad de Ciencias de la Salud. Clínica Universitaria Reina Fabiola. Servicio de Dermatología
Correspondencia:
Sofía C. Juárez. E-mail:
juarez.sofiac@gmail.com.
Resumen
La sífilis es una de las enfermedades infectocontagiosas de transmisión sexual más frecuentes, que presenta
diferentes estadios en su evolución clínica. El estadio secundario se caracteriza por un gran polimorfismo
lesional, que compromete la piel, las mucosas y los anexos cutáneos, motivo por el cual se la conoce como
“la gran simuladora”. Es importante el conocimiento de todas sus manifestaciones para su sospecha,
diagnóstico y oportuno tratamiento.
Palabras clave: Sífilis. Lúes. Roséola. Alopecia. Amigdalitis.
Abstract
Syphilis is one of the most common sexually transmitted infectious diseases, which presents different stages
in its clinical course. The secondary stage is characterized by a large lesional polymorphism, which involves
the skin, mucous membranes and cutaneous appendages, which is why it is known as “the great simulator”.
Knowledge of all its manifestations is important for its possible identification, diagnosis and subsequent
treatment.
Keywords: Syphilis. Lúes. Roseola. Alopecia. Tonsillitis.
Introducción
La sífilis es una enfermedad infectocontagiosa,
sistémica y crónica, causada por Treponema
pallidum subespecie pallidum
1-3
. Se transmite
principalmente de manera sexual, a través de la
piel, mucosas o semimucosas en contacto con un
individuo infectado con lesiones correspondientes
a estadios primarios o secundarios de la
enfermedad, aunque también puede adquirirse de
manera congénita, vía transplacentaria o por el
canal del parto durante el nacimiento
1,2,4
. El interés
de esta enfermedad se debe a la heterogeneidad de
manifestaciones mucocutáneas, pocas veces
reconocidas por médicos poco avezados, lo que
dificulta el diagnóstico precoz, con el consecuente
riesgo de transmisión a otras personas y evolución
de la enfermedad hacia estadios evolutivos de
mayor gravedad
1,3,4-6
.
190
Juárez SC, Gallmann AL, Brusa JR, Andrade MN, Nocito MJ, Papa MB. Roseola, alopecia y amigdalitis como
manifestación de secundarismo sifilítico.
Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Universidad Católica de Córdoba.
Jacinto Ríos 571 Bº Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351 4517299 / Correo:
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Caso clínico
Presentamos el caso de un paciente de sexo
masculino de 24 años de edad, sin antecedentes
personales patológicos, alérgico a la penicilina. Se
presentó a la consulta dermatológica por pérdida
del cabello de un mes de evolución. Al examen
físico dermatológico, se observaron placas
alopécicas, en forma de parches, de aspecto
apolillado, con bordes pocos definidos y pelos
cortados de diferentes longitudes, sin signos
inflamatorios, localizados en región temporo-
occipital. (Figura 1a y 1b)
Figura 1. Alopecia en patrón apolillado de localización
a) occipital b) temporal.
Al realizar un análisis retrospectivo de su
evolución clínica, el paciente consultó tres meses
previos por guardia central por lesiones
clínicamente compatibles con roséola sifilítica,
pero fue interpretado por el médico como picadura
de insectos y medicado con antihistamínicos, con
resolución de las mismas a los pocos días.
Posteriormente fue valorado por Servicio de
Clínica Médica y derivado a Otorrinolaringología
por odinofagia de un mes de evolución. En ese
momento, se evidenció una mucosa faríngea
eritematosa, congestiva y amígdala derecha
indurada, con placa blanquecina semitransparente
que recubría la totalidad de la misma y se
desprendía en bloque al removerla con hisopo,
asociado a adenopatías cervicales móviles. (Figura
2) Presentó un análisis de laboratorio con
citológico, proteína C reactiva y
eritrosedimentación, con resultados dentro de
parámetros normales. Un hisopado faríngeo para
Streptococcus beta hemolítico del grupo A y
monotest para mononucleosis infecciosa,
negativos. Además, se le realizó tomografía
computada de cuello que descartó la presencia de
colecciones y se tobiopsia de amígdala cuyo
estudio histopatológico informó la presencia de
infiltrado inflamatorio mixto inespecífico.
En nuestra consulta dermatológica, teniendo en
cuenta el patrón de alopecia más el antecedente de
amigdalitis y de la probable roséola sifilítica no
reconocida en guardia central, se sospechó el
diagnóstico de sífilis secundaria y se solici
VDRL (Venereal Disase Research Laboratory), al
cual se agregó también serologías virales (HIV,
hepatitis B y C). Los resultados fueron negativos,
excepto el hallazgo de una VDRL cuantitativa de
1:32, confirmando la sospecha diagnóstica. Se
inició tratamiento con doxiciclina 100mg cada 12
horas por 28 días. Se realizaron pruebas
treponémicas (FTA-abs: Fluorescent Treponemal
Antibody-Absorption) cuyo resultado inforIgG
para Treponema pallidum positivo. Se controló al
paciente intratratamiento, con evolución
favorable, pero posteriormente no regresó para su
seguimiento.
Figura 2. Amígdala derecha con placa blanquecina
semitransparente, y pequeña ulcera cubierta por
membrana blanquecina en paladar duro.
Discusión
La sífilis es una de las infecciones de trasmisión
sexual más frecuente, cuya incidencia continua en
aumento
3
. En Argentina, donde es una enfermedad de
notificación obligatoria, los contagios continúan
creciendo sostenidamente desde el año 2010, con una
191
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incidencia reportada en el 2018 de 51,1 casos por
cada 100000 habitantes
3,5,7
.
La evolución natural de la sífilis tiende a la
cronicidad, con períodos de latencia y
exacerbaciones, pasando por diferentes estadios
sucesivos
1
. Luego de un período de incubación de 3
semanas (entre 10 a 90 días), aparece la lesión
primaria o chancro, ubicado en el sitio de inoculación
del Treponema, genital o extragenital. El mismo, que
generalmente se acompaña de linfadenopatía satélite
regional, generalmente único e indoloro, cura
espontáneamente entre los 30 y 45 días. En ocasiones
es múltiple y doloroso, cuando es de etiología mixta
o se encuentra sobreinfectado. Posteriormente, se
produce la diseminación sanguínea del
microorganismo, y alrededor de los 60 días,
comienzan manifestaciones del estadio secundario,
las cuales pueden comprometer piel, mucosas,
faneras y estar acompañadas o no de linfadenopatías
generalizadas y síntomas constitucionales. Las
lesiones son superficiales, no destructivas y curan
espontáneamente, alternando así, períodos de latencia
asintomáticos y recidivas, que duran años. Se puede
decir que, epidemiológicamente, los estadios
tempranos de la infección son los que más importan,
ya que son de mayor contagiosidad
3
. Finalmente, el
estadio terciario de la enfermedad se manifiesta sólo
en un tercio de pacientes que no reciben
tratamiento
1,3-6,8
.
El gran espectro de manifestaciones clínicas del
estadio secundario sifilítico, hace que se la conozca a
la misma como “la gran simuladora”. Sin embargo,
muchas de ellas, son de presentación poco frecuentes,
lo que dificulta su sospecha, en especial cuando
aparecen de manera aislada
1,3
.
El compromiso cutáneo suele ser polimorfo.
Inicialmente puede aparecer un exantema macular
evanescente asintomático, llamado roséola sifilítica,
a menudo no reconocido como ocurrió en nuestro
paciente. Posteriormente pueden aparecer pápulas
eritematosas, infiltradas, asintomáticas (sifílides
papulosas), rodeadas por un reborde descamativo
llamado “collarete de Biet”. Otras formas de sifílides
pueden ser liquenoides, micropapulares, foliculares,
vesiculares, corimbiformes, psoriasiformes,
nodulares, anulares, nóduloulcerativa,
papuloescamosa fotodistribuida, tipo linfoma y
pustulosa. Curan sin dejar cicatriz, aunque pueden
aparecer cambios pigmentarios residuales conocidos
como sifílides pigmentarias
3,8
.
Las lesiones mucosas sifilíticas se presentan sólo en
un 30% de los pacientes y rara vez son la única
manifestación de la enfermedad
4,9,10
. Si bien la
mucosa oral puede comprometerse en cualquier
estadio, en el secundario es frecuente encontrar
exulceraciones asintomáticas, lesiones blanco
nacaradas definidas, conocidas como sifílides
opalinas, lesiones papulo-hipertróficas, vegetantes,
eritematosas o eritemato-grisáceas llamadas
condilomas planos. En la lengua, placas eritematosas
depapiladas (sifílides en pradera segada) y en
comisura bucal, pápulas divididas o fisuradas. Puede
comprometerse también la faringe, con la
consecuente faringitis y amigdalitis, como presentó
nuestro paciente. Existen pocos casos reportados en
la literatura de esta última manifestación, en la cual
es característico encontrar amígdalas edematosas,
congestivas, cubiertas de exudado fino, color
grisáceo, que puede ser confundida con amigdalitis
por streptococcus, virales (VEB, adenovirus,
coxsackie), tuberculosis, angina de Vincent,
carcinoma epidermoide o linfomas
4,9,10
. De realizarse
una biopsia para su estudio, los cambios
histopatológicos incluyen infiltración perivascular
con células plasmáticas y linfocitos e hiperplasia
reactiva. Debido a que espiroquetas son saprófitas de
cavidad oral, no se deben realizar técnicas de campo
oscuro para visualizar Treponemas, pero si puede ser
identificados mediante técnica de
inmunohistoquímica
2,9,10
.
Con respecto al compromiso de anexos, la alopecia
sifilítica es una manifestación infrecuente de la
enfermedad, que se da principalmente durante el
estadio secundario entre un 2,9 y 7% de los casos
11-
13
. Ésta puede afectar no sólo el cuero cabelludo, sino
también otras áreas pilosas del cuerpo, como cejas,
pestañas, barba y miembros
3,11,12
. Aunque su
patogenia se desconoce, se estima que podría
generarse por una respuesta inflamatoria al
Treponema pallidum, o bien, por la simple presencia
de este microorganismo que causaría la detención y
anomalías de crecimiento del cabello, pérdida de
pelos terminales con folículos vacíos y pelos rotos
13
.
Las características clínicas, tricoscópicas e
histopatológicas, pueden ayudar a distinguir la
alopecia sifilítica de otros tipos de alopecias13.
Además, se conocen diferentes patrones de
presentación. El patrón apolillado o en transquilones,
como presentó nuestro paciente, es el más frecuente
y se lo considera un signo patognomónico de
sífilis
11,13
. Se caracteriza por la presencia de múltiples
áreas alopécicas, de diferentes diámetros y bordes
pocos definidos, que se localizan principalmente en
la región temporo-occipital, zona del cuero cabelludo
más vascularizada y por lo tanto con mayor cantidad
de treponemas. Muchas veces este tipo de alopecia es
confundida con alopecia areata, tricotilomania o tiña
capitis
12
. Por otro lado, el patrón difuso se caracteriza
por un compromiso generalizado, similar a un efluvio
telógeno, y en contraste, este patrón puede ser además
una forma de presentación de una reacción de Jarish-
Herxheimer tras iniciar el tratamiento para la sífilis
12
.
En algunos pacientes pueden coexistir ambos
patrones, llamándose patrón mixto
11,12
. Se encuentra
descripta, además, la presencia de tricodinia asociada
a alopecia, que generalmente se autolimita días
posteriores a iniciado el tratamiento de la
enfermedad
11
.
Cuando se realiza tricoscopía de áreas alopécicas se
pueden encontrar una reducción de pelos terminales
y áreas foliculares sin pelos o vellos emergentes, con
ausencia de puntos amarillos y negros. Es
característico la coloración del cuero cabelludo
192
Juárez SC, Gallmann AL, Brusa JR, Andrade MN, Nocito MJ, Papa MB. Roseola, alopecia y amigdalitis como
manifestación de secundarismo sifilítico.
Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Universidad Católica de Córdoba.
Jacinto Ríos 571 Bº Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351 4517299 / Correo:
methodo@ucc.edu.ar / Web: methodo.ucc.edu.ar | CASO CLINICO Rev. Methodo 2021;6(4):190-193.
eritemato-amarronado en estas zonas, la cual
desaparece posterior al tratamiento de la
enfermedad
11
.
La toma de biopsia cutánea en zonas alopécicas no
siempre está indicada. En su estudio
histopatológico podemos encontrar una epidermis
conservada con zonas de hiperqueratosis folicular,
infiltrado dérmico linfohistiocitario perivascular y
perifolicular con lulas plasmáticas. Además, se
ha podido identificar la presencia de Treponema
pallidum en folículos afectados gracias a estudios
moleculares y técnicas de
inmunohistoquímico
12,14
.
El estudio de lesiones en piel, mucosa oral y
anexos cutáneos deben completarse con serologías
que confirmen el diagnóstico.
Como conclusión, destacamos el compromiso
médico en conocer las múltiples y variadas
manifestaciones de la enfermedad, para poder
sospecharlas, reconocerlas, realizar un diagnóstico
y tratamiento precoz y oportuno de una
enfermedad infectocontagiosa curable, que
registra aumento de su incidencia. Es importante
remarcar la importancia del examen completo del
paciente, sin olvidar los anexos cutáneos y las
regiones mucosas.
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