Escribir en la universidad es una tarea compleja, incluso para quienes, dedicados a la
investigación, se valen de la escritura en tanto actividad de generación de conocimiento y desarrollo del
pensamiento propio. De allí que las dificultades de la escritura van más allá de cuestiones relacionadas
con la ortografía, la gramática, el estilo de citación. En el ecosistema universitario, a través de la escritura,
tanto estudiantes, docentes como investigadores e investigadoras aprenden un modo de ver y representar
el mundo, ya que cada instancia de la que participan está conformada no solo por un conjunto de
conceptos propios de la disciplina sino también por modos específicos de pensar que están vinculados a
formas particulares de escribir
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Los modos de leer y escribir, es decir de adquirir, elaborar y comunicar conocimiento, varían
no solo según la disciplina sino también según el contexto. Así, el proceso de aprendizaje de la escritura
académica y científica se extiende incluso más allá de la finalización de los estudios, en la medida en
que cada nuevo evento del que se participe exige responder de un modo adecuado y eficaz, según el
tema, la tipología textual, el propósito de escritura y la comunidad a quien se destina el texto –a veces
más amplia, como ocurre con los textos de divulgación científica; a veces mucho más restringida, tal el
caso de los artículos de investigación científica–.
En el texto, el sujeto de la enunciación –el autor, la autora– plasma, a su vez, una imagen de sí
que responde a las exigencias del discurso académico; se muestra, frente a esa comunidad lectora, como
alguien que sabe del tema, que ha rastreado con rigurosidad sus antecedentes, que expone las ideas con
pensamiento crítico y originalidad. Esta imagen recibe el nombre de ethos discursivo. Cuanto más
consciente es el autor, la autora de que cada vez que enfrenta el desafío de escribir un texto construye en
él una imagen de sí mismo, de sí misma mayor eficacia tiene la escritura, en tanto el ethos se relaciona
directamente con la credibilidad que se logra mediante el ejercicio de la palabra. “Lo que el autor del
discurso quiere ser lo deja entender y ver: no dice que es simple y honesto, sino que lo muestra por medio
de su manera de expresarse”
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