hematógena, linfática y contigua. Se las puede
clasificar en sincrónicas, metacrónicas y tardías
según el tiempo transcurrido entre la detección del
tumor primario y su aparición; aunque, hasta un
tercio pueden preceder el diagnóstico de la
neoplasia
5,6,7
. El rol del médico es esencial, ya que
el reconocimiento clínico precoz puede poner de
manifiesto un tumor maligno desconocido, su
diseminación, o la recidiva después de la remisión,
siendo relevantes para el tratamiento y pronóstico
del paciente
5,6,8,9,10,11
. Son un hallazgo poco
frecuente en la práctica clínica, con una incidencia
variable entre 0.7% - 9% en pacientes con
patología oncológica, representando el 2 % de
todas las neoplasias malignas de piel
5,6,8-10
.
Epidemiológicamente, el origen de las MC difiere
según la neoplasia más frecuente para el sexo del
paciente. En la mujer se destaca según el orden de
frecuencia el cáncer de mama, colorrectal y
melanoma, mientras que en el hombre se
relacionan con melanoma, cáncer de pulmón y
colorrectal. Estos datos pueden diferir según las
características demográficas de cada región
5,6,8-10
.
Es relevante para el personal en salud la sospecha
clínica de MC, por lo que sus características
clínicas son de suma importancia. En general
pueden ser polimórficas, imitando cualquier lesión
elemental dermatológica, siendo la forma de
presentación más frecuente uno o más nódulos, de
color piel, consistencia firme y crecimiento rápido,
pudiendo en ocasiones ulcerarse, pero en general
son asintomáticas
5-9,11
. Los sitios más comunes de
diseminación metastásica pueden ser cercanos al
tumor primario; aunque esto no siempre sucede,
localizándose con mayor frecuencia en pared
torácica anterior, pared abdominal, cabeza, cuero
cabelludo, y ombligo
6-9
.
En relación con el tipo tumoral presentado por
nuestra paciente, los paragangliomas son tumores
neuroendócrinos que derivan de células
cromafines de la cresta neural y se originan en los
ganglios espinales del sistema autónomo, los
cuales se localizan desde la base del cráneo hasta
la pelvis, pudiendo ser o no secretores de
sustancias
3,12,13
. El paraganglioma metastásico
cutáneo es infrecuente, pero en caso de ocurrir la
localización más frecuente es en cabeza
3,4
. Existen
pocos casos reportados en la literatura, los cuales
fueron descritos por Millier et al., Cozzolino et al.,
de Leon et. Al, y Zankar et. al
3,4
. Tres casos
corresponden a mujeres, al igual que el nuestro,
siendo el rango etario variable entre los diecinueve
a setenta y ocho años. La mayoría presentaba una
lesión única en cabeza, a excepción de un solo caso
de sexo masculino que presentó múltiples lesiones
en tronco y glúteos además de comprometer otros
órganos. Nuestra paciente presentó múltiples
lesiones cutáneas en región cervical, además del
compromiso óseo, hepático y mediastinal. El
intervalo de tiempo desde la lesión tumoral
primaria hasta el desarrollo de metástasis cutáneas
en nuestro caso fue de seis meses, mientras que el
intervalo en los otros casos publicados fue de dos,
cuatro, catorce y quince años
3,4
. Además, existen
reportes de paraganglioma cutáneos primarios los
cuales son muy raros y predominan en la edad
pediátrica
3
.
El comportamiento de los paragangliomas es
impredecible y los pacientes deben ser
monitorizados de cerca
3
. La presencia de la
mutación en la subunidad B del succinato
deshidrogenasa (SDHB) tiene peor pronóstico y
está asociado a mayor riesgo de metástasis, así
como el tamaño mayor a 5 cm del tumor
primario
3,12
. Sin embargo, resulta difícil extrapolar
datos clínicos por los pocos casos conocidos.
La biopsia cutánea es esencial para confirmar la
sospecha clínica, las características
histopatológicas son células poligonales con
citoplasma granular eosinófilo dispuestas en un
patrón anidado, llamado “Zellballen”. Pueden
tener actividad mitótica atípica, invasión
intravascular y necrosis. Las MC en general no
afectan epidermis y pueden tener un patrón
histológico similar al primario que les dio
origen
3,7,13
. La IHQ es un complemento de gran
importancia en estos tumores puesto que es
positiva para cromogranina, sinaptofisina y
enolasa neuronal específica
3,4,7,10,13,14
.
Recientemente se describió la metoxitramina
plasmática
3
como biomarcador de paragangliomas
metastásicos, pero no contamos con tal en nuestro
medio y tampoco fue realizada en los casos
publicados con anterioridad.
Otro método complementario útil en la práctica
clínica es la dermatoscopía. Aunque no específica
de un linaje tumoral, permite objetivar un patrón
vascular en la mayoría de los casos, teniendo como
limitante, la escasa experiencia por la infrecuencia
de esta entidad
11
. Sobre todo, permite descartar
diagnósticos diferenciales con patrones típicos
conocidos.
Los diagnósticos diferenciales están relacionados
a la clínica de la MC. En nuestro caso se propuso
sarcoidosis, amiloidosis sobre cicatriz quirúrgica,
sarcoma y la tuberculosis cutánea. Sin embargo,
también se puede considerar otros mencionados en
la literatura como quiste epidérmico, tumores
anexiales, carcinoma de Merkel, carcinoma
basocelular, y melanoma
5,14
, los cuales deben
contextualizarse según cada paciente.
El tratamiento para los paragangliomas cutáneos
primarios y metastásicos es la resección
quirúrgica, pudiendo ser curativa según cada caso.
En ocasiones, en vista del gran tamaño, la
vascularización aumentada, lugares inoperables
3,14
o ante la recurrencia y metástasis en otros órganos,
se opta por la quimioterapia
3,12
. En nuestra