El asma es una enfermedad heterogénea
caracterizada por una inflamación crónica de la vía
aérea, hiperreactividad bronquial y una
obstrucción bronquial variable que provoca
síntomas característicos tales como disnea, tos y
sibilancias.
Asma grave es aquella que permanece mal
controlada a pesar del uso de las más altas dosis de
medicamentos disponibles, como
corticoesteroides inhalables (CEI) a altas dosis
más beta2 agonistas de acción larga (LABA) e
incluso esteroides orales, o que solo puede
controlarse con el máximo nivel de terapia para el
asma con un riesgo inaceptable de existencia de
efectos adversos
1,2,3
. Se corresponde con los
escalones 4 y 5 de Iniciativa Global para el Asma
(GINA)
1
. Previo a categorizar al paciente con asma
como grave se debe realizar un adecuado
diagnóstico diferencial y de condiciones co-
mórbidas, verificar la adherencia al tratamiento y
el uso correcto de dispositivos inhalatorios y el
control de factores medioambientales y
psicosociales. El asma grave ocurre
aproximadamente en un 3 a 10% de los pacientes
con asma
1,3
.
En los últimos años, con la introducción de nuevos
medicamentos biológicos, se ha avanzado
notablemente en el manejo del asma grave,
principalmente en su endotipo T2 alto
4
. Son
anticuerpos monoclonales específicos que actúan
directamente sobre la inmunopatogenia de la
enfermedad
4
.El primer biológico aprobado para su
uso clínico fue el omalizumab, un anti
inmunoglobulina E (IgE). En la actualidad, existen
tres medicamentos biológicos aprobados que
actúan bloqueando la acción de la IL5
(mepolizumab y reslizumab), o su receptor
(benralizumab) y el dupilumab como antirreceptor
de IL4
4
. Los objetivos de la presente revisión
fueron recopilar las más recientes evidencias
acerca del uso de medicamentos biológicos en el
asma grave, su mecanismo de acción, sus
indicaciones y eficacia clínica y los posibles
efectos adversos.
Materiales y métodos
Se realizó una búsqueda bibliográfica, en idioma
inglés, en base de datos electrónica Medline,
considerando como términos de búsqueda “severe
asthma”, “eosinophilic asthma”, “monoclonal
antibodies”, “biological drugs”, “biologicals”,
“omalizumab”, “benralizumab”, “dupilumab”,
“mepolizumab”, “reslizumab” de los últimos tres
años (2017-2019). Bibliografía previa a dicho
intervalo de tiempo sirvió de utilidad
complementaria. Se realizó una revisión crítica de
cada uno de los artículos que figuran en las
referencias.
Fenotipos y endotipos de asma grave
Actualmente el ama grave no es considerada una
enfermedad única, sino un abanico de diversas
entidades clínicas y mecanismos fisiopatológicos
que se corresponden con distintos fenotipos y
endotipos
5
. El fenotipo hace referencia a las
características clínicas observables de la
enfermedad, mientras que el endotipo se relaciona
con el mecanismo biológico subyacente, con
biomarcadores específicos. El tratamiento dirigido
por biomarcadores es parte de la medicina de
precisión cuyo objetivo final es la adaptación de
estrategias preventivas y terapéuticas a las
características de cada paciente a fin de obtener el
mejor resultado clínico individual
5,6
.
Se reconocen dos endotipos de asma: T2 elevado
(asma esosinofílica) y T2 disminuido o No-T2
(asma no eosinofílica)
5,7,8
. Esto explica el hecho de
que, a pesar de presentar síntomas similares, los
pacientes con asma pueden responder de modo
diferente ante las mismas intervenciones
terapéuticas. Los pacientes con endotipo T2 tienen
eosinófilos elevados en el esputo y las vías aéreas
mientras que los individuos con asma T2
disminuido expresan neutrófilos elevados o una
inflamación paucigranulocitica, con escasas
células inflamatorias, en el esputo y las vías
aéreas
7
.
En el endotipo T2 elevado, hay defectos en la
barrea epitelial de las vías aéreas, con una marcada
disminución de la expresión de E-cadherina y
claudina 18 y la consecuente alteración de las
uniones estrechas. Esto facilita el ingreso de
alérgenos, virus y bacterias a las vías aéreas. Las
células epiteliales de las vías aéreas reconocen
antígenos mediante los receptores de
reconocimiento de patrones (PRR) y secretan
diferentes citoquinas como linfopoyetina del
estroma tímico (TSLP), IL-25 e IL-33
responsables del inicio de la respuesta inflamatoria
T2.
5,8
. La IL-25 e IL-33 activan las células
linfoides innatas tipo 2 (ILC2), que son
productoras potentes de IL-5 e IL-13, además de
activar a las células dendríticas. La IL5 tiene un rol
fundamental en la maduración, diferenciación y
migración de eosinófilos desde la médula ósea. Las
IL-4 e IL-13 promueven la sobreexpresión de
células caliciformes, aumentan la producción
mucosa y la hiperreactividad bronquial. La IL-4 es
producida por las células dendríticas e induce la
diferenciación de Th0 en Th2 que, a su vez,
secretan IL-4, IL-5 e IL-13. Además, los Th2
activan a los LB, los cuales se diferencian en
plasmocitos secretores de Inmunoglobulina E
(IgE) específica de alérgeno, clave en la respuesta