Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Facultad de Medicina.
Universidad Católica de Córdoba. Jacinto Ríos 571 Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba.
Argentina. Tel.: (54) 351 4517299 / Correo: methodo@ucc.edu.ar / Web: methodo.ucc.edu.ar|
CARTAS AL EDITOR Methodo 2019;4(4):156-157
CARTA AL EDITOR Methodo 2019;4 (4):156-157
https://doi.org/10.22529/me.2019.4(4)09
Recibido 05 Nov. 2019 | Aceptado 9 Oct. 2019 | Publicado. 27 Dic. 2019
En caries, una letra hace la diferencia
In dental caries, one letter can make a difference
Sr. Editor.
A propósito de mitos y leyendas sobre la caries
dental, resulta llamativo que a esta altura de los
acontecimientos parte del problema para
controlar la enfermedad con mayor incidencia en
el mundo
1
sea una cuestión semántica.
En efecto, si preguntamos a cualquier vecino cuál
es el sustantivo singular de caries, probablemente
nos responda: “y… ¡una carie!”
Esta respuesta esconde una concepción de la
problemática asociada a la idea que esta
enfermedad se mide por la cantidad de lesiones
que se detectan en las piezas dentarias. De
acuerdo a este enfoque se asume que se tendrá
tantas caries como dientes se encuentren
afectados; por lo tanto, si sólo existe una pieza
dentaria con una cavidad, entonces solamente se
cuenta una carie!! En consecuencia, el
tratamiento consiste en solucionar el problema
del diente, limpiando las estructuras dañadas y
restaurando la anatomía con algún material que
devuelva forma y función. Así de simple.
Curiosamente, lejos de haber solucionado el
problema, las causas que dieron origen a esta
afección continuarán si no generamos cambios
de fondo. Es comprensible que después de
fracasar sistemáticamente por creer que
ofrecíamos la cura al tratar las consecuencias,
entendemos que la caries no se cuenta por
unidad. ¡La caries es una enfermedad! No tiene
singular ni plural, igual que la diabetes. Es una
enfermedad con múltiples factores causales
asociados
2
. No es tan simple, aunque su
etiopatogenia se narra como un cuento: Un grupo
de bacterias viven en armonía en el medio bucal;
se alimentan de azúcares y sus deshechos
metabólicos son ácidos que degradan las
estructuras minerales de los dientes. Si les
ofrecemos mucha cantidad y frecuencia de
azúcares generamos un desequilibrio que
nuestros elementos de protección natural (saliva
y movimientos de la musculatura oral para la
autolimpieza) no logran restablecer a tiempo. Si
tampoco aportamos al control del biofilm con
productos químicos o con el barrido mecánico
(cepillado e hilo dental), dejamos aún más
vulnerables a los dientes frente a colonias
organizadas en constante crecimiento y
avance
2,3
.
Todo lo que ocurre a nivel microscópico en la
boca tiene su correlato en el contexto socio-
cultural y económico. La falta de comprensión de
para qué realizamos determinadas actividades de
la vida cotidiana nos lleva a relativizar su
importancia. La condición precaria de vida atenta
contra el desarrollo de hábitos de higiene. Las
carencias alimentarias serán compensadas con
más hidratos de carbono, azúcares fermentables
que son el sustrato del biofilm cariogénico
4
.
Repito, no es sencillo. La caries es una entidad
que excede la definición obsoleta de enfermedad
infecciosa. Es una patología que actualmente se
clasifica dentro de las relacionadas con
conductas, hábitos y comportamientos
saludables
5
.
Finalmente, y volviendo al planteo inicial,
cuando un paciente al regresar con nuevas
lesiones al consultorio nos pregunte por qué tiene
156
Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Facultad de Medicina. Universidad
Católica de Córdoba. Jacinto Ríos 571 Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351
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2019;4(4):156-157.
“otra carie” estaremos ante la evidencia que la
diferencia estuvo sólo en una letra y no es poca
cosa.
Gustavo Molina
1
1. Universidad Católica de Córdoba. Profesor Titular de la
Catedra de Materiales Dentales y Biomateriales, Carrera de
Odontología. Facultad de Ciencias De la Salud.
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