Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Universidad Católica de Córdoba.
Jacinto Ríos 571 Bº Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351 4517299 / Correo:
methodo@ucc.edu.ar / Web: methodo.ucc.edu.ar | ARTICULO ORIGINAL Methodo 2019;4(4):122-131
ARTICULO ORIGINAL Methodo 2019;4(4):122-131
https://doi.org/10.22529/me.2019.4(4)04
Recibido 11 Oct. 2019 | Aceptado 08 Nov. 2019 |Publicado 27 Dic. 2019
Resultados de los exámenes oftalmológicos en niños nacidos a
término y sus antecedentes maternos
Outcomes of ophthalmologic exams of full-term infants and
their maternal history
Carla Guantay
1
, Erna G knoll
1,2
, Alejandro González Castellanos
1
, Alejandra B Miranda
1
, Priscila M
Viotto
1
Paula B López
1
, Evangelina Esposito
1
, Julio A. Urrets Zavalia
1
.
1 Universidad Católica de Córdoba Facultad de Ciencias de la Salud, Clínica Universitaria Reina Fabiola. Servició de Oftalmología
2 Hospital Materno Neonatal “Ramón Carrillo” Servicio de Oftalmología
Correspondencia: Carla Daniela Guantay. Servicio de Oftalmología - Clínica Universitaria Reina Fabiola. Oncativo 1248 -X5004FHP- Córdoba, Argentina; email:
carlaguantayd@gmail.com
Resumen
INTRODUCCIÓN: En Argentina, la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil recomienda el examen
ocular por parte de un especialista para todos los niños cuando nacen, a los seis meses, a los tres años y al
inicio de la etapa escolar. Hasta el presente, no se han presentado en nuestros medios datos estadísticos de
los hallazgos obtenidos
OBJETIVO: Describir los hallazgos de los exámenes oftalmológicos en niños nacidos a término, menores
de un año, controlados en el Servicio de Oftalmología del Hospital Materno Neonatal de Córdoba, 2015-
2018 y su relación con variables demográficas y antecedentes patológicos maternos y del niño.
POBLACIÓN Y MÉTODOS: Niños nacidos a término con una edad gestacional ≥37 semanas, a los que
se les realizó un examen que incluyó revisión de: alineación cefálica con respecto al eje vertebral, rostro,
ubicación ocular dentro de órbita ósea, simetría en la posición y tamaño ocular, defensa y seguimiento a la
luz, alineación y movimientos oculares, párpados, conjuntiva, esclera, córnea, cámara anterior, iris, pupila
y cristalino, vítreo, papila óptica, mácula, vasos sanguíneos y retina periférica. Posteriormente, se
analizaron antecedentes de los niños tales como: edad gestacional, peso al nacer, sexo, días de vida al
control y motivo de consulta. En cuanto a los antecedentes maternos se estudiaron: edad, controles,
enfermedades y medicaciones durante el embarazo. La asociación entre los hallazgos oculares patológicos
en los niños y su relación con los antecedentes patológicos maternos se evaluó con prueba de Chi cuadrado.
RESULTADOS: La muestra final estuvo conformada por un total de 4.248 niños, con una edad gestacional
al nacer promedio de 39 (DE=1) semanas y peso al nacer promedio de 3.325 (DE= 491) gramos. Hubo
predominio del sexo masculino (51%) y el 60% de los pacientes fueron controlados antes de los 28 días de
vida. El 73% acudió por control neonatal y el 27 % por interconsultas, principalmente por patologías
TORCH.
En las madres, la edad promedio fue de 26 (DE= 7) años; los embarazos fueron controlados en el 94%. El
65% fueron embarazos normales, y el 35% patológicos, siendo frecuentes las enfermedades TORCH.
El cuanto, al examen oftalmológico, el 93% (n= 3950) de los niños presentó controles normales, mientras
que el 7% (n= 298) presentó controles anormales siendo lo más frecuente las conjuntivitis (59%, n= 110)
y las hemorragias retinianas no maculares (67%, n= 99). Hubo una relación estadísticamente significativa
entre menores de 28 días de vida y anormalidades oculares (p<0.001), y entre patologías TORCH y
exámenes oftalmológicos anormales (p= 0.01).
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Resultados de los exámenes oftalmológicos en niños nacidos a término y sus antecedentes maternos.
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CONCLUSIONES: La mayoría de los controles oftalmológicos de niños nacidos a término menores de año
en nuestro medio son normales. Los hallazgos oculares patológicos más frecuentes se asociaron con
antecedentes de patologías TORCH tanto en la madre como en el niño. La mayoría de las anomalías se
presentaron antes de los 28 días de vida por lo que consideramos importante realizar sin demora el examen
oftalmológico completo incluyendo fondo de ojos cuando existan antecedentes sospechosos en la madre o
el niño, e incluso en niños sin antecedentes patológicos.
Palabras claves: Examen oftalmológico; Recién nacidos; Lactantes menores; patologías TORCH.
Abstract
INTRODUCTION: In Argentina, the Argentine Society of Infantile Ophthalmology recommends an eye
examination by a trained ophthalmologist to all children at birth, at six months, at three years, and at the
beginning of school. To our knowledge, these are no statistical data on the ophthalmological findings in
our country.
OBJECTIVE To describe the ophthalmological findings in full-term infants less than one year of age
monitored in an ophthalmology service of a public hospital between January 2015 and December 2018, and
their possible relationship with the maternal medical history (demographic variables and pathological
history).
POPULATIONS AND METHODS: The population was composed of full-term babies with a gestational
age ≥37 weeks. The examination included cephalic alignment with respect to the vertebral axis, face, ocular
location within the orbit, symmetry and eye size, eye movements, eyelids, conjunctiva, sclera, cornea,
anterior chamber, iris, pupil and lens, vitreous, optic disk, macula, blood vessels and peripheral retina.
Subsequently, newborns history was analyzed as: gestational age and birth weight, sex, days of life at
examination date, and chief complain. Maternal history included age, visits and diseases during pregnancy.
The relationship between pathological finding and the maternal medical history was assessed with Chi
square test.
RESULTS: A total of 4,248 infants, with an average gestational age at birth of 39 (SD= 1) weeks and
average birth weight of 3,325 (SD= 491) grams were included in the study. There was a male predominance
(51%) and 60% of the patients were monitored before 28 days of life. Seventy three were examined for
routine neonatal screening and 27% were interconsultations to rule out TORCH disease.
In mothers, the average age was 26(SD=7) years. Pregnancies were controlled in 94% of cases. Sixty five
percent have had normal pregnancies and 35% pathological, being TORCH diseases the most frequent ones.
Regarding the ophthalmological examination, 93% (n = 3950) of children had normal exams, while 7% (n
= 298) were abnormal: conjunctivitis (59%, n = 110) and non-macular retinal hemorrhages (67%, n =
99).There was a significant association between children under 28 days of age and eye abnormalities (p
<0.001), and between TORCH pathologies and abnormal ophthalmological exams (p = 0.01).
CONCLUSIONS: Most ophthalmological exams of term children under one year of age were normal. The
most frequent pathological ocular findings were associated with TORCH disease in both the mother and
the child. Most of the anomalies were presented before 28 days of life. Therefore, we consider of importance
to have a complete ophthalmological examination in the newborn without delay, including funduscopy
when there is a suspicious history in the mother or child and even in children with no pathological history.
Keywords: Ophthalmological exam; Newborns; Minor infants; TORCH diseases.
Introducción
En 2003, la Academia Americana de Pediatría, la
Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica
y Estrabismo, y la Academia Americana de
Oftalmología acordaron que los ojos deben
evaluarse en el período neonatal y en todas las
visitas de niños sanos
1,2
. La Academia Americana
de Pediatría recomienda la prueba del reflejo rojo
poco después del nacimiento
3
. Una prueba
anormal del reflejo rojo después del parto permite
un diagnóstico oftalmológico rápido, intervención
y seguimiento de cerca. Se recomienda que la
detección del reflejo rojo se lleva a cabo como
parte del examen físico del recién nacido; si es
anormal, debe hacerse una referencia
oftalmológica urgente
4
.
El ojo siempre ha proporcionado una ventana de
diagnóstico para las enfermedades sistémicas
hereditarias y adquiridas
5
. Es conocida la relación
entre infecciones perinatales y alteraciones
oculares en los recién nacidos, conocer las
123
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frecuencias de los agentes causales y las
patologías, permitiría proponer estrategias
diagnósticas específicas, jerarquizando a aquéllos
con posibilidades terapéuticas y de mayor
prevalencia en nuestras poblaciones
6
.
El examen visual universal de los recién nacidos
actualmente no es una práctica común, aún en
varios países desarrollados
7
. En Argentina, a partir
de la Resolución 196 del Ministerio de Salud de la
Nación, el examen de fondo de ojos se hizo
extensivo a todos los recién nacidos, por cuanto la
Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil
(SAOI) recomienda el examen ocular por parte de
un médico oftalmólogo especialista para todos los
niños cuando nacen, a los seis meses, a los tres
años y al inicio de la etapa escolar. El control de
fondo de ojos en los bebés dentro de los tres
primeros meses de vida es un control de rutina
recomendado por el pediatra
8
. Hasta el presente,
no se han publicado datos estadísticos de los
hallazgos obtenidos durante estos exámenes en
nuestro medio.
Objetivo
General: Describir los hallazgos de los exámenes
oftalmológicos en niños nacidos a término,
menores de un año, controlados en el Servicio de
Oftalmología del Hospital
Materno Neonatal de Córdoba, 2015-2018 y su
relación con variables: demográficas y
antecedentes patológicos maternos y del niño.
Específicos:
•Determinar características sociodemográficas,
describir antecedentes patológicos y determinar
hallazgos oftalmológicos de los niños.
•Describir características sociodemográficas y
antecedentes patológicos de las madres.
•Asociar hallazgos oftalmológicos del niño con:
características sociodemográficas y antecedentes
patológicos de las madres y los niños.
Población y métodos
La población a estudiada incluyó a niños nacidos a
término menores de un año de edad y a sus madres,
controlados en el Hospital Materno Neonatal de
Córdoba “Dr. Ramón Carrillo”, Argentina; entre
enero 2015 y diciembre 2018.
Diseño de estudio observacional, retrospectivo y
descriptivo.
Criterios de inclusión:
Niños nacidos a término menores de un año de
edad y a sus madres, controlados en el Hospital
Materno Neonatal de Córdoba “Dr. Ramón
Carrillo”, Argentina; entre enero 2015 y diciembre
2018.
Criterios de exclusión:
Niños prematuros. Niños que hayan cumplido 12
meses de edad, que no cuenten con datos
suficientes sobre sus características
sociodemográficas, antecedentes patológicos y
hallazgos oftalmológicos. Madres que no hayan
aportado información sobre características
sociodemográficas.
En la institución a los pacientes con sospecha de
patologías asociadas se les indicó el estudio de
forma urgente y para los niños sin antecedentes lo
antes posible. El examen oftalmológico fué
realizado por una médica oftalmóloga
especializada. Midriasis obtenida mediante la
instilación de una gota de tropicamida al 0.5% y
fenilefrina 0,5 %. Examen ocular mediante
oftalmoscopio binocular indirecto marca Keeler,
modelo Vantage Plus (Keeler Inc., Liverpool,
Reino Unido) y lupa asférica de +28 dioptrías
marcan Volk (Volk Inc., Mentor, OH, EE. UU).
Para la evaluación del globo ocular (conjuntiva y
esclera, segmentos anterior y posterior) se
mantuvo abierta la hendidura palpebral mediante
blefaróstato tipo “colibrí” para neonatos y
lactantes, previa instilación de 1 gota en el fondo
de saco conjuntival de proparacaína 0,5%
(Proparacaína, Laboratorios Poen, Buenos Aires,
Argentina). El examen de la retina periférica se
realizó con la ayuda de un depresor escleral. El
examen incluyó:
1.Evaluación de la alineación cefálica con respecto
al eje vertebral, rostro y simetría facial, posición de
los globos oculares en cada órbita, simetría en la
posición y tamaño ocular, defensa y seguimiento a
la luz y movimientos oculares anómalos (ej.
nistagmus).
2.Evaluación de párpados, conjuntiva, esclera, y
del segmento anterior del ojo (córnea, cámara
anterior, iris, pupila y cristalino).
3.Examen del fondo de ojo para evaluar el
segmento posterior (vítreo, papila óptica, mácula,
vasos sanguíneos retinianos, retina periférica).
Variables:
1-Hallazgos oculares: Se considerará “Normales”
aquellos pacientes que presentaron alineación
cefálica con respecto al eje vertebral, rostro y
simetría facial, simetría en la posición de los
globos oculares en cada órbita, simetría en el
tamaño ocular, defensa y seguimiento a la luz y
movimientos oculares sin insuficiencias
musculares asociadas. Segmento anterior de
ambos ojos: simetría en la hendidura palpebral,
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movilidad palpebral conservada, posición normal
de pestañas, sin secreciones, ojos calmos, córnea
transparente, cámara anterior limpia, pupilas
centradas reactivas libres y cristalino transparente.
Segmento posterior de ambos ojos: vítreo limpio,
papilas de tamaño, forma y coloración normal,
máculas de aspecto normal, vasos sanguíneos de
calibre y desarrollo normal hasta periferia, retina
aplicada sin signos de focos inflamatorios ni
hemorrágicos.
2-Características demográficas del niño: sexo
(Femenino-Masculino), peso al nacer (en gramos),
edad gestacional al nacer según fecha de última
menstruación (en semanas), días de vida al
momento del control.
3-Antecedentes patológicos del niño: parto
distócico (considerando cualquier dificultad de
origen fetal o materno en el progreso normal del
parto), patologías TORCH (infecciones congénitas
por: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus,
herpes simple, sífilis y VIH), patologías NO
TORCH (otras infecciones perinatales no
congénitas), malformaciones sistémicas
(malformaciones anatómicas congénitas),
síndromes genéticos (conjunto de signos y
síntomas asociados a alteraciones del genoma),
patologías circulatorias (enfermedades del aparato
cardiovascular), patologías metabólicas
(alteraciones producidas en: hipotálamo, hipófisis,
glándula tiroidea, glándulas paratiroideas,
glándulas suprarrenales, glándula pineal,
glándulas reproductoras, páncreas, alteraciones del
medio interno y trastornos hidroelectrolíticos),
patologías respiratorias (enfermedades de las vías
aéreas y los pulmones), derivación por alteraciones
oculares (interconsultas de otros especialistas por
alteraciones oftalmológicas manifiestas),
derivación por dermatología (interconsulta por
alteraciones dermatológicas palpebrales u otras
sistémicas con sospecha de asociaciones oculares),
adicción materna a drogas (dependencia a la
marihuana, cocaína, y psicofármacos),
alteraciones neurológicas (hallazgos patológicos
en el sistema nervioso central, periférico y/o
autónomo), sospecha de maltrato infantil
(interconsultas por manifestaciones clínicas
sospechosas de maltrato infantil) y traumatismo
craneoencefálico (traumatismo de cuero
cabelludo, cráneo y/o cerebro provocados por
caídas).
4- Características demográficas maternas: edad
materna (en años), embarazo controlado
(“controlado” si la madre ha tenido al menos 4
controles durante la gestación).
5- Antecedentes patológicos maternos: patologías
cardiovasculares (enfermedades del aparato
cardiovascular), metabólicas (ídem niño), TORCH
(ídem niño), NO TORCH(ídem niño),
reumatológicas (enfermedades diagnosticadas que
afecten al aparato locomotor: articulaciones,
músculos, tendones, ligamentos, tejido conectivo y
hueso), neurológicas y psiquiátricas
(enfermedades con afección del sistema nervioso
central, periférico y/o autónomo, también
dependencia a la marihuana, cocaína, y
psicofármacos), ginecoobstétricas (patologías del
sistema reproductor femenino asociadas al
embarazo durante el período de gestación) y otras
(no contempladas en las anteriores categorías).
Análisis estadístico
Con la información recolectada de las historias
clínicas se creó una base de datos en M. Excel. En
análisis estadístico se realizó con el programa R-
medic
9
. Se calcularon porcentajes para las distintas
variables categóricas, y en el caso de las variables
cuantitativas se calcularon los valores de medias y
desviaciones estándar.
Luego se tuvieron en cuenta los hallazgos
patológicos oculares para compararlos con los
antecedentes sociodemográficos de los niños y las
madres, considerando los hallazgos patológicos en
los mismos. Para la comparación de porcentajes de
categorías por grupos de pacientes se aplicó el test
de Chi-cuadrado, y para la comparación de
variables categóricas y numéricas se utilizó el Test
de Mann-Whitney. En todos los casos se tomó una
significación igual a p <0,05.
Consideraciones éticas
Se obtuvo la autorización de directivos del
Hospital para el acceso a las historias clínicas con
la aprobación del correspondiente Comité de
Producción Científica. Fecha de Aprobación de
protocolo: 30 de septiembre de 2019 (Apéndice 1).
El proyecto se desarrolló conforme a lo
establecido en la ley 9694/09 y Declaración de
Helsinki. En todos los casos se preservó la
confidencialidad de los datos personales de los
pacientes incluidos en el estudio (Habeas data, Ley
25326/00).
Resultados
La muestra final estuvo conformada por un total de
4.248 niños. Se observó un aumento progresivo de
la cantidad de niños examinados, que fue de 757
en el año 2015 (Figura 1), llegando a 1.404 niños
examinados en el último año (2018).
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Figura 1: Evolución de la atención según año de
examen (n=4.248).
Características de los niños examinados
Hubo un discreto predominio del sexo masculino
en el 51% (n=2180), con un 49% (n=2068) de
niñas. El peso al nacer promedio fue de 3.325
(DE=491) gramos. La edad gestacional media fue
de 39 (DE=1) semanas.
El 60% (n=2535) de los niños fue controlado antes
de los 28 días de vida, mientras que el 40%
(n=1713) fueron controlados a los 28 días de
nacidos o más.
El 73% (n=3118) de los niños estudiados acudió al
examen oftalmológico para control neonatal de
rutina, mientras que el 27% (n=1130) fue en
enviado para interconsulta. Se observó un
incremento significativo de los controles
neonatales a lo largo de los años en comparación
con las interconsultas (p <0.001) (tabla 1).
Tabla 1: Frecuencia de controles neonatales e
interconsultas entre los años 2015-2018.
Dentro de los motivos de interconsultas los más
frecuentes fueron: patologías TORCH (46%),
patologías NO TORCH (13%), alteraciones
oculares (8%), y otros en menores porcentajes
(tabla 2).
Tabla 2: Tipos de interconsultas.
Antecedentes maternos
La edad materna promedio fue de 26 (DE=7) años.
La gran mayoría (94%, n=4010) tuvo embarazos
controlados y un menor porcentaje fue no
controlado (6%, n=238).
El 65% (n=2742) de los embarazos fueron
referidos como normales y el 35% (n=1506) tuvo
algún antecedente patológico. Se describieron las
siguientes enfermedades: TORCH (44%, n=665),
cardiovasculares (20%, n=308), metabólicas
(15%, n=227), ginecoobstétricas (9%, n=138), NO
TORCH (5%, n=73), neurológicas y psiquiátricas
(3%, n=43), otras (3%, n=42) y reumatológicas
(1%, n=10). Hubo una relación estadísticamente
significativa entre embarazos no controlados y
patologías TORCH en el niño (OR 0.54. IC 0.39-
0.75; p<0.001), también entre patologías maternas
en el embarazo y patologías TORCH en el niño
(OR 40.23. IC 27.93-57.95; p<0.001). Exámenes
Oftalmológicos
El 93% (n=3950) de los pacientes presentaron
controles normales. En los pacientes con examen
anormal, el 4% (n=150) presentó alteraciones en la
alineación cefálica, rostro, posición y simetría
ocular, defensa y seguimiento a la luz,
movimientos oculares y segmento anterior, y el 3%
(n=135) en el segmento posterior. Cabe destacar
que menos del 1% (n=13) tenían ambos segmentos
afectados.
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Hubo una relación estadísticamente significativa
entre menores de 28 días de vida y anormalidades
oculares (OR 3.61. IC 2.64-4.92; p<0.001).
Según el motivo de consulta, se encontró una
relación significativa entre pacientes que
concurrieron por control neonatal y resultados
oftalmológicos normales (OR 0.22. IC 0.17-0.28;
p<0.001). Aquellos pacientes que concurrieron por
interconsultas, presentaron significativamente
mayor frecuencia de controles anormales (OR
4.53. IC 3.56-5.77; p<0.001).
En el análisis específico de patologías vinculadas
a la alineación cefálica, rostro, posición y simetría
ocular, defensa y seguimiento a la luz,
movimientos oculares y segmento anterior se
observaron 110 casos de conjuntivitis (>50%), 10
casos de hemorragias subconjuntivales (5%), 7
casos de cataratas (< 5%) y otras patologías en
menores cantidades (<5%) (Tabla 3). Hubo una
relación significativa entre interconsultas y
alteraciones en: la alineación cefálica, rostro,
posición y simetría ocular, defensa y seguimiento
a la luz, movimientos oculares y segmento anterior
(OR 6.42. IC 4.58-8.99; p<0.001). Se encontró una
asociación significativa entre pacientes con
patologías TORCH y conjuntivitis (OR 0.34. IC
0.14-0.84; p= 0.02).
Tabla 3: Frecuencia de patologías en la alineación,
situación y segmento anterior.
En el segmento posterior las alteraciones más
frecuentes fueron las hemorragias retinianas no
maculares en un 67% (n= 99), seguidas por las
hemorragias retinianas maculares en un 16%
(n=24); el resto de los hallazgos se presentó en
menor frecuencia (tabla 4). Hubo asociación
significativa entre interconsultas y alteraciones en
el segmento posterior (OR 3.05. IC 2.19-4.24;
p<0.001) y se encontró que los pacientes con
patologías TORCH tenían una asociación
significativa con el hallazgo de hemorragias
retinianas (OR 3.27. IC 2.20-4.86; p<0.001).
Además, se detectó una asociación entre:
alineación cefálica, rostro, posición y simetría
ocular, defensa y seguimiento a la luz,
movimientos oculares y segmento anterior, con
patologías en el segmento posterior (OR 2.54. IC
1.41-4.59; p<0.001).
Tabla 4: Frecuencia de patologías en el segmento
posterior
Observamos una marcada relación entre
derivaciones por patologías TORCH en el niño y
controles oftalmológicos anormales (OR 1.52. IC
1.14-2.03; p= 0.01).
No hubo asociación significativa entre exámenes
oftalmológicos anormales y características del
niño respecto al sexo (OR 0.96. IC 0.76-1.21; p=
0.77) o peso (p= 0.98). Tampoco se encontró
asociación al considerar los exámenes anormales y
la edad materna (p= 0.14).
Discusión
El presente estudio es, según el conocimiento de
los autores, el primero en publicar los resultados
de un gran programa de examen ocular en niños
menores de un año en nuestro país. Se incluyeron
niños nacidos con un mínimo de 37 semanas de
edad gestacional al nacer, considerando también a
quienes tenían antecedentes de bajo peso y
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antecedentes patológicos, a diferencia de otros
trabajos
10
. Nuestros datos revelan, que la mayor
proporción de controles realizados a niños
menores de un año nacidos a término resultan
normales, lo que coincide con lo observado por Li
y col.
10.
Un 7% presentó alguna anormalidad a
diferencia de la frecuencia obtenida por Li-Hong
Li et al
11
. En la institución a los niños con
antecedentes personales patológicos se les realizó
el estudio de forma urgente y a los niños sin
antecedentes lo antes posible. En otros trabajos
prospectivos si los recién nacidos eran pacientes
con patologías congénitas, las pruebas
generalmente se organizaban dentro de los 28 días
posteriores al nacimiento, preferiblemente dentro
de los 7 días desde el nacimiento; y si los pacientes
eran de fuera de la institución, lo antes posible
generalmente después de los 28 días de
nacimiento
11
. Estamos de acuerdo con el criterio
de realizar el control oftalmológico lo antes
posible ya que encontramos que hubo una relación
estadísticamente significativa entre menores de 28
días de vida y anormalidades oculares.
En la metodología de examinación, coincidimos
con otros autores en el uso de colirio de
proparacaína, blefaróstato e indentador escleral
cuando fue necesario para la realización del
examen
10
, no se registraron complicaciones
oculares posteriores al mismo
12
. En nuestra
institución el sistema de toma de imágenes se
realizó con un Smartphone para documentar los
hallazgos, consideramos que es una herramienta
útil para evaluar la evolución de las lesiones.
Los hallazgos patológicos oculares tuvieron
relación significativa con los antecedentes
patológicos de la madre y del niño
12
. El
antecedente de patologías TORCH fue frecuente
como antecedente materno y como consecuencia
también en los bebés examinados, representado un
problema importante en los países
subdesarrollados. La atención materna inadecuada
y la falta de un uso generalizado de tratamiento
profiláctico para prevenir infecciones
inmediatamente después del nacimiento son los
principales factores causantes en los países del
tercer mundo
13,14
.
A diferencia de Ma et al
12
, se observó mayor
frecuencia de alteraciones en el segmento anterior
que en el posterior, las patologías en ambos
segmentos estuvieron estadísticamente asociadas.
El hallazgo más frecuente fué las conjuntivitis,
coincidiendo con el trabajo de Erum et al
14
. Es la
enfermedad ocular más común en todo el mundo
entre los recién nacidos
14,15
y encontramos
asociación con el antecedente de TORCH en el
niño. Otro hallazgo importante fué la catarata,
cuya evaluación y tratamiento es generalmente
urgente para poder obtener buenos niveles de
función visual y evitar la ambliopía
16
.
En el segmento posterior las alteraciones más
frecuentes fueron las hemorragias retinianas no
maculares, en menor porcentaje hemorragias con
compromiso macular, estas tuvieron asociación
con el antecedente de TORCH en el niño. Las
hemorragias retinianas según Egge se pueden
clasificar en: grado 1: pequeña hemorragia retinal
limitada al área alrededor del nervio óptico,
asociada con sangrado lineal fino o puntual; grado
2: cantidad ligeramente mayor de hemorragia
retiniana que el grado 1; parche, punto, mancha o
hemorragia en forma de llama, el tamaño no
excede el diámetro del disco óptico y grado 3:
hemorragia retiniana mayor que el diámetro del
área del disco óptico, una línea de hemorragia en
forma de llama a lo largo de los vasos y hemorragia
macular
1,17
. Las hemorragias neonatales tienen una
evolución rápida, no se desarrollan en los días
siguientes al parto, sino que rápidamente se van
reduciendo hasta desaparecer; suponemos como
otros autores que, en los exámenes posteriores a las
veinticuatro horas de nacer, muchas hemorragias
alcanzaron a reabsorberse
14
. La persistencia luego
del mes de vida debería aumentar la sospecha de
que está asociada con otros factores además del
nacimiento
1,18
. En ocasiones pueden asociarse a
aneurismas intracraneales sangrantes, lesiones por
traumatismos accidentales o no accidentales del
globo ocular, enfermedad ocular (ej.
retinoblastoma) o sistémica ej. trastornos
hematológicos, infección)
1
. Choi et al
1,19
encontraron que la mayoría de las hemorragias se
resolvieron espontáneamente sin ninguna secuela
específica. Por otra parte, se ha reportado que las
hemorragias retinianas neonatales estaban
relacionadas con el modo de parto y la gravedad de
la asfixia, y que la hemorragia macular influiría en
el desarrollo de la visión a largo plazo
1
. Algunas
investigaciones sugieren que las hemorragias
maculares de tercer grado pueden dejar un impacto
a largo plazo en la función visual
10,20,21
. Una de las
limitaciones de la investigación fue la falta de
registro de los mecanismos del parto, en estudios
prospectivos sería importante tenerlos en cuenta ya
que el parto vaginal se ha asociado con un riesgo
significativamente mayor de hemorragias
retinianas. Coincidimos en que sería necesario
realizar trabajos prospectivos con un seguimiento
a largo plazo
10,22
.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud
ha reportado que un millón de personas contraen
por día una infección de transmisión sexual (ITS),
se estima que cada año unos 357 millones de
personas contraen alguna de ellas. Como en todo
el mundo, la presencia ITS ha ido aumentando en
nuestro país en los últimos años. Los datos
muestran una reducción o estabilización del VIH,
mientras que hay un aumento en los casos de
sífilis
23
. La importancia de reconocer este
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Resultados de los exámenes oftalmológicos en niños nacidos a término y sus antecedentes maternos.
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problema es que en la mayoría de los casos no
presentan síntomas, o lo hacen con síntomas leves
que no necesariamente permiten un diagnóstico
certero. Algunas ITS pueden incrementar el riesgo
de contraer el VIH y transmitirse de la madre y al
niño durante el embarazo, incluso en forma
desapercibida
23
. La sífilis congénita incluye
principalmente la tríada de Hutchinson,
caracterizada por queratitis intersticial que puede
desencadenar glaucoma o cicatrización corneal
con consecuente opacidad y discapacidad visual
24
.
Coincidimos con otros autores en que es difícil
comprender por qué la sífilis congénita aún no se
ha controlado
26
.
Otra de las afecciones de este grupo de patologías
infecciosas es el citomegalovirus (CMV), que se
ha descripto como la causa más frecuente de
infección intrauterina
24
. La evaluación inicial de
un niño con infección congénita por CMV debe
incluir una evaluación oftalmológica con fondo de
ojo
24
.
También se encontraron manifestaciones oculares
de toxoplasmosis congénita. Esta enfermedad
puede causar complicaciones neurológicas y
oculares graves que pueden conducir a la ceguera
del ojo afectado
25
. Se ha estudiado que la
retinocoroiditis es la manifestación ocular más
común de la toxoplasmosis congénita, pueden
ocurrir otras patologías oftalmológicas asociadas.
Los oftalmólogos rara vez son capaces de
distinguir entre retinocoroiditis toxoplásmica por
infección adquirida antes o después del
nacimiento, a menos que haya otras indicaciones
clínicas o serológicas. No obstante, la
retinocoroiditis por toxoplasma gondii en recién
nacidos y lactantes es siempre congénita
26
. Los
hallazgos incluyeron niños con cicatrices
coriorretinianas, cuya causa más frecuente según
se ha descripto es la retinocoroiditis toxoplásmica
congénita
1
. La prevención de la toxoplasmosis
congénita se basa en proporcionar información a
las futuras madres, diagnóstico serológico y
tratamiento temprano
27
.
Dentro de los hallazgos en el fondo de ojos es
importante destacar el hallazgo de un caso de
retinoblastoma que correspondió a un niño que
concurrió por control de niño sano. Se ha descripto
que el retinoblastoma representa el 3% de todos los
cánceres infantiles, y es la neoplasia maligna
intraocular más común de la infancia. Es fatal si el
diagnóstico y el tratamiento son tardíos. El reflejo
del ojo blanco, también conocido como leucocoria,
es el signo más común, seguido del estrabismo
28
.
Se conocen 2 tipos de retinoblastoma: hereditarios
y no hereditarios o esporádicos. Si bien la
leucocoria es el signo más común, esta puede
hacerse evidente cuando el tumor ya está en
estadios avanzados, por lo que la prueba del reflejo
rojo aún con pupila dilatada sería una técnica de
detección precoz deficiente para el
retinoblastoma
29
En un menor porcentaje hubo pacientes con
anomalías congénitas. Se estima que las anomalías
congénitas representan aproximadamente del 15%
al 20% de los casos de ceguera y discapacidad
visual severa en niños alrededor del mundo
14,30
. El
coloboma coroideo es una lesión congénita
caracterizada por la ausencia de retina normal,
epitelio pigmentario retiniano y coroides,
secundarios al mal cierre de la fisura coroidea entre
la quinta y la séptima semana de vida intrauterina,
a menudo se asocian con síndromes como la
asociación CHARGE, el síndrome de Aicardi y el
síndrome de Goldenhar
1
.
Coincidimos con otros autores
12
en que las
anomalías oculares se pueden dividir en tres tipos:
el primer tipo, sin importancia clínica particular,
como las hemorragias subconjuntivales; el
segundo tipo, tiene cierta importancia clínica, debe
controlarse periódicamente, como por ejemplo las
hemorragias retinianas maculares; el tercer tipo,
tiene una importancia clínica importante y requiere
alguna forma de intervención, como las cataratas,
retinocoroiditis y retinoblastoma. Los recién
nacidos no pueden expresar trastornos oculares o
visuales como lo hacen los adultos, y solo a través
de un examen se pueden detectar las enfermedades
oculares neonatales.
La prueba del reflejo rojo, cuando se hace y se hace
correctamente, detectará algunos trastornos del
sistema visual al nacer. La verdadera sensibilidad
del test no se puede dilucidar debido a la
variabilidad de su uso. Nuestro estudio apoya la
premisa de que muchos casos de anomalías
oculares probablemente se perderían solo con la
realización de la prueba, especialmente las
anomalías discretas del nervio óptico o la patología
ocular periférica. Además, una revisión cuidadosa
de Pubmed reveló que no hay literatura publicada
sobre la universalidad, mucho menos la
sensibilidad y la tasa de falsos negativos de test del
reflejo rojo de los recién nacidos normales. Este
grupo de edad no se ha estudiado ampliamente y la
prevalencia real de anomalías oculares, transitorias
y permanentes, es en gran medida desconocido
10
.
Estos exámenes revelaron múltiples patologías
oculares de importancia visual y posiblemente
sistémica. Se sabe que algunas enfermedades
oculares neonatales son sensibles al tiempo y, si el
diagnóstico es tardío, se pierde la mejor
oportunidad para un tratamiento efectivo, lo que
lleva a un deterioro visual irreversible, y en ciertos
casos, la detección tardía puede ser mortal
10
. El
examen ocular universal no solo es necesario para
los recién nacidos prematuros, sino también para
los recién nacidos a término
12
. En Argentina aún
no se solicita de manera rutinaria este control para
todos los bebés al nacer, si bien la SAOI lo ha
129
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recomendado y es gratuito en los hospitales
públicos. Aun así, es interesante destacar que se
observó una evolución de la atención a lo largo de
los años, es fundamental el registro e informe
acerca de los hallazgos, ya que de esa manera se
podrían elaborar protocolos mejorados para
prevención de enfermedades adquiridas que
tengan riesgo de discapacidad incluyendo a la
ceguera, concientizando al equipo médico y
población en general.
Nuestros datos apuntan a la necesidad de seguir
estudiando en esta área, para dilucidar si es posible
que alteraciones visuales que se vean más tarde en
la infancia tengan su origen o se manifiestan en el
período perinatal. Será muy útil para ello realizar
un estudio prospectivo. Hasta entonces, los autores
apoyan firmemente el trabajo encaminado a
aumentar el diagnóstico de enfermedad ocular a
una edad temprana a través de exámenes
tempranos, esto puede desempeñar un papel
positivo en la promoción de la salud ocular
pediátrica para los pediatras y los padres, como
parte del proceso integral del examen de salud;
resultando invaluable el diagnóstico precoz. El
momento del primer control del bebé debería
considerarse como una oportunidad para brindar
información a los padres sobre el desarrollo visual
y los signos de alarma a tener en cuenta durante el
crecimiento.
Conclusiones
Este estudio mostró que la mayoría de los controles
oftalmológicos de niños nacidos a término
menores de año en nuestro medio son normales.
Los hallazgos oculares patológicos más frecuentes
se asociaron con antecedentes de patologías
TORCH tanto en la madre como en el niño. La
mayoría de las anomalías se presentaron antes de
los 28 días de vida por lo que consideramos
importante realizar sin demora el examen
oftalmológico completo incluyendo fondo de ojos
cuando existan antecedentes sospechosos en la
madre o el niño, e incluso en niños sin
antecedentes patológicos.
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