Según la histología se clasifica a las placentas de
los mamíferos domésticos de la siguiente manera:
Epiteliocorial:
(porcinos, equinos y llamas): seis capas de tejido
separan la circulación materna de la fetal durante
la gestación
4
. Las vellosidades coriales contactan
con el epitelio de la mucosa uterina, existiendo
interdigitaciones entre ambos tejidos
1
. Además, las
estructuras relacionadas con la placenta, llamadas
areolas, se desarrollan en contacto con los orificios
de las glándulas uterinas y complementan la
capacidad de intercambio metabólico con la
madre
4,11
(Figura 6).
Sinepiteliocorial:
(bovinos, caprinos y ovinos): inicialmente este tipo
de placenta se denominó sindesmocorial porque el
epitelio uterino parecía haber desaparecido,
dejando el trofoblasto en asociación directa con el
tejido conectivo endometrial (cinco capas de
tejido). Más tarde, se demostró que se forman
sincitios entre las células gigantes de trofoblasto
bovino, antes denominadas células binucleadas,
que emigran y se fusionan con células epiteliales
uterinas para formar células híbridas feto-
maternales trinucleadas, resultando en la nueva
clasificación sinepiteliocorial
4,10
. (Figura 7).
Endoteliocorial:
(caninos y felinos): en este tipo de placenta el
corion contacta con el endotelio de los vasos
sanguíneos del endometrio, de manera que cuatro
capas de tejido separan la sangre materna de la
fetal
1,4
. (Figura 8).
Hemocorial:
(primates, roedores y lagomorfos): en este tipo
placentario el trofoblasto es más invasivo. Todo el
tejido endometrial se erosiona durante la
migración de las células del trofoblasto al
revestimiento del útero. En la forma final de la
placenta, el corion se sumerge directamente en la
sangre materna, determinando la presencia de tres
capas de tejido entre la circulación materno- fetal
4
(Figura 9)
Transferencia de inmunidad pasiva
Cuando nace un mamífero, emerge de un útero
estéril hacia un ambiente en el que se expone de
inmediato a una multitud de microorganismos.
Para sobrevivir, el neonato debe ser capaz de
controlar la invasión microbiana en muy poco
tiempo. En animales con período gestacional largo
(mamíferos domésticos), el sistema inmune
alcanza su desarrollo completo al momento del
nacimiento, pero la capacidad de responder a los
desafíos a patógenos es inefectiva, debido a la falta
de estimulación antigénica durante la gestación.
Para una respuesta inmune cognitiva, que implica
especificidad y memoria, es imprescindible la
exposición antigénica que permita la activación de
estructuras moleculares para una adecuada
inmunidad celular y humoral. La respuesta
humoral inicial se denomina primaria,
caracterizada por un periodo de latencia
prolongado, intensidad baja y duración corta,
donde predomina el isotipo de inmunoglobulina M
(IgM) lo que conlleva a una baja afinidad. Por lo
tanto, el recién nacido depende de la transferencia
de anticuerpos maternos
12,13
. Ésta, puede ocurrir
vía placenta en estadio prenatal, vía calostro y
leche materna luego del nacimiento, o por ambas
vías, según la especie
9
.
En mamíferos el isotipo de Ig predominante a nivel
sistémico es la IgG y también es el principal
isotipo transferido de la madre a las crías
9
. Los
mecanismos de transferencia pueden ser
dependientes de la expresión del receptor neonatal
Fc (FcRn) que permite el transporte activo de IgG
o bien, de un proceso no selectivo de captación de
macromoléculas a través de vacuolas de
transporte
13,14
. El transporte mediado por el
receptor FcRn depende del gradiente de pH,
uniéndose la IgG a pH ácido y siendo liberada a
pH neutro; esto garantiza la unión a tipos celulares
específicos (placenta, glándula mamaria,
enterocitos duodenales) y la liberación de IgG en
sitios adecuados como el torrente sanguíneo
9,13
.
(Figura 10).
En animales que presentan placentación
hemocorial (primates) toda la IgG se transfiere a
través de la placenta durante la vida fetal debido a
la expresión del FcRn en este tejido. En roedores
(ratones y ratas), la IgG maternal se transfiere
además por la ingesta de calostro y leche materna,
evidenciándose la presencia de este receptor en
glándula mamaria e intestino delgado
9,14,16
.
En perros y gatos (placenta endoteliocorial), la
transferencia de IgG ocurre por mecanismos pre y
posnatales. Entre el 5 y 10% se transfieren antes
del nacimiento y luego vía calostro y leche
materna, a través de mecanismos independientes
del receptor
9,14
.
La estructura compleja de la placenta y la falta de
expresión del FcRn en este tejido, determina que el
transporte de Igs en rumiantes (placenta
sinepiteliocorial), al igual que en equinos y
porcinos (placenta epiteliocorial) se realice
exclusivamente a través de la ingesta de calostro.
El feto no recibe anticuerpos maternos vía
placenta, y las crías nacen agammaglobulinémicas.
La adquisición de Igs se produce por la ingesta de
calostro durante las primeras horas de vida. La IgG
es transportada no selectivamente del intestino a la
circulación general, no se detecta expresión del
receptor FcRn en los enterocitos del recién nacido
y la captación de macromoléculas se realiza por
vacuolas de transporte
14
.