inflammation. Non-cardiogenic pulmonary edema can be a cause of respiratory failure even hours after
extubation.
Introducción
Las razas braquicefálicas se caracterizan por
presentar un cráneo corto en la dirección rostro-
caudal, que resulta en una corta nariz. Esta
particular conformación genera un relativo
exceso de tejidos blandos en el tracto respiratorio
alto, responsable de la sintomatología clínica del
síndrome respiratorio del braquicefálico
(SORB). La mortalidad anestésica en perros de
raza Bulldog Inglés (BDI), Francés (BDF) y Pug
es mayor que en razas no braquicefálicas
1, 2
. La
anestesia de estos pacientes supone un desafío al
momento de garantizar la permeabilidad de la vía
aérea en las diferentes etapas de la anestesia, a fin
de evitar la hipoxemia perioperatoria. Sin dudas
las etapas anestésicas donde se presentan las
mayores complicaciones son la inducción y la
recuperación.
Adicionalmente a las particularidades
respiratorias (estenosis nasal, paladar blando
elongado, versión de sáculos laríngeos, entre
otros) estos animales usualmente presentan:
• Regurgitación, vómitos, reflujo
gastroesofágico (RGE), alteración en el vaciado
gástrico y gastritis
3
.
• Particularidades oculares vinculadas a
la exposición del globo ocular que entre otros
trastornos ocasiona un parpadeo incompleto
generando una humectación ocular deficiente
4
• Alteraciones hematológicas (aumento
del hematocrito y hemoglobina) por estímulo
medular ante los grados variables de hipoxemia
5
.
• Alto índice de tono vasovagal (mayor
componente parasimpático en la variabilidad de
la frecuencia cardíaca), arritmia sinusal, paro
sinusal, y marcapaso migratorio
6, 7
.
• Poca tolerancia al estrés calórico
8
.
• Hipertensión
5
.
Abordaje general del perro
braquicefálico durante la anestesia
La reseña y anamnesis debe ser detallada
haciendo foco en la presencia de comorbilidades
existentes y las aún no diagnosticadas.
Anestesias pasadas, sedaciones, medicamentos
actuales, trastornos de ansiedad y agresión, así
como existencia de alteraciones respiratorias y
digestivas deben ser investigadas en forma
detallada
9
. El uso de cuestionarios estructurados
ayuda a la recopilación de información vital
durante la consulta anestésica. El examen o
valoración preanestésica debe contemplar lo
rutinario (frecuencia cardíaca, tiempo de llenado
capilar, exploración de las mucosas, auscultación
pulmonar y cardíaca, exploración de
linfoadenopatías, palpación abdominal y pulso
metatarsiano y femoral, finalizando en la
determinación de la temperatura rectal). Es
aconsejable antes de iniciar cualquier maniobra
medir la oximetría periférica en la mucosa labial,
orejas, carrillo, prepucial o vulvar a fin de
determinar el nivel de saturación periférica de
oxígeno (SpO
2
) cuando el animal respira aire
ambiental. Este parámetro es vital a fin de
clasificar a este paciente como normal (SpO
2
≥
96%) o hipoxémico (SpO
2
≤ 95%).
A continuación, es imprescindible solicitar
estudios complementarios para poder definir el
ASA. Entre los estudios de rutina se solicitan:
• Hematología completa, bioquímica sanguínea y
análisis de orina completo.
• Radiografía de tórax, con las tres incidencias.
•Consulta cardiológica que incluya
electrocardiograma, ecocardiograma y medición
de presión arterial en forma no invasiva.
Adicionalmente, y en virtud del procedimiento
quirúrgico y la patología subyacente del
paciente, mas estudios complementarios pueden
ser requeridos (ecografía abdominal, tiroidea o
pulmonar, radiografía de columna, entre otros).
Una vez determinado el ASA y posteriormente el
riesgo anestésico, estas consideraciones deben
ser comunicadas al equipo quirúrgico y al
tenedor responsable. En relación a este último es
importante informar y advertir de las posibles
complicaciones vinculadas a la anestesia de estos
animales. Posteriormente, es tiempo de definir la
estrategia anestésica, es decir establecer un plan
que contemple las diferentes etapas anestésicas,
así como la prevención de las posibles
complicaciones y la implementación de la
terapéutica apropiada. Es importante aquí
también definir el nivel de monitoreo adecuado
para el paciente y la necesidad de recursos
humanos.
Preparación del paciente en su domicilio
Debido a las particularidades digestivas de estos
pacientes (vómitos, RGE y alteración en el
vaciado gástrico) el ayuno de sólidos usualmente
es corto de entre 4 a 8 horas. En relación al ayuno
de líquidos usualmente se indica una restricción
de líquidos de 2 a 4 horas. Si el animal presente
RGE se aconseja un ayuno de líquidos mayor de
entre de entre 6 a 12 horas, con el propósito de
disminuir la incidencia de reflujo. Es de destacar
que independientemente del ayuno líquido